CÓMETE UN PIE. Crónica Teatral
Cristina Fallarás es una conocida escritora y
periodista que ha ganado varios premios de narrativa y cuenta con abundantes
distinciones en el mundo de la comunicación. Nacida en Zaragoza en 1968,
estudió periodismo en Barcelona donde ha desarrollado prácticamente su vida
profesional.
Más conocida por sus participaciones en
programas de debate en varias cadenas televisivas y por su firme postura en
defensa de los derechos de la mujer, ha llegado de forma indirecta al teatro a
través de la obra ‘Cómete un pie’ que el jueves 11 de abril se exhibió en el zaragozano
Teatro de Las Esquinas.
Hace algo más de un año se pre-estrenó en
Madrid esta selección de textos que constituyen una especie de caleidoscopio
con tres mirillas de observación. Tres mirillas correspondientes a tres mujeres
coetáneas, ubicadas en un lugar impreciso aunque con ciertas referencias a
Zaragoza por cuanto una de las damas se denomina así: una señora de Zaragoza.
Las otras dos son una política y una prostituta. A todas ellas las encarna Ana
Roche, que desarrolla su interpretación dirigida por Celia Morán.
El inicio del espectáculo es revelador por cuanto
pone de relieve el valor del silencio. Tras ese punto de partida y suspense,
las reflexiones de la escritora, que también participa junto con la actriz en
el montaje de la dramaturgia, van desfilando ante la vista, el oído y el
sentido de la sorpresa de los espectadores.
Todo es muy relativo en la trama, relativo y
reiterativo porque siempre es la misma hora, del mismo día, con el mismo clima
y en el mismo lugar, Barcelona, aunque la procedencia aragonesa de la autora se
destapa con un somarda sentido del humor en la interpretación de una jota en
playback.
El permanente combate feminista de Cristina
Fallarás, a quien puede considerarse una gladiadora o gladiatriz de los platós
televisivos y de los restantes medios de comunicación, es el pozo y el poso que
deja su obra trufada de perplejidad. Pozo insondable, porque los problemas de
las mujeres no tienen fin en nuestra civilización machista, y poso impactante
que va más allá de la mera comprensión intelectual.
Ana Roche se implica en el rol que interpreta
por triplicado, acabando ella misma conmovida por su trabajo, como pudo
constatarse tras las repetidas ovaciones y aplausos al final de la obra.
Francisco Javier Aguirre
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