lunes, 24 de noviembre de 2025

MALDITOS TACONES. Crónica teatral

 

MALDITOS TACONES. Crónica teatral

El incesto, en sus diversas formulaciones, ha sido tema recurrente de la literatura a lo largo de la historia. Un rápido repaso nos recuerda autores de todas las épocas, desde el griego Sófocles hasta el contemporáneo Mario Vargas Llosa, pasando por personalidades de gran calibre como Shakespeare, Ernesto Sábato, Vladimir Nabokov, Julio Cortázar o Gabriel García Márquez.

La pieza dramática de Ignacio Amestoy, que durante el pasado fin de semana se ha ofrecido en el Teatro de Las Esquinas en versión y bajo la dirección de Magüi Mira, está soportada por esa misma situación, que no se utiliza para justificar de entrada la entrevista entre las dos actrices a quienes interpretan Luisa Martín y Olivia Molina, sino que se revela en el tramo final de la obra. Eso favorece el suspense inicial, porque el espectador adivina que algo extraño ocurre, pero ignora de qué se trata. Finalmente son madre e hija, dos seres que arrastran su propia tragedia, intentando esclarecer las circunstancias que las llevaron a un distanciamiento inicial, que aún están a tiempo de reparar. 

El trepidante diálogo entre ambas discurre con un afán reivindicativo que va descubriendo las texturas psicológicas de cada una y proyectando tanto la demanda de una dignidad perdida como la denuncia de las estructuras sociales que condicionaron su actuación. Hay cierto hieratismo en las interpretaciones, algo que se deriva de la tensión dramática del texto. Es un enfrentamiento visceral entre dos mujeres triunfantes en la órbita social, pero que arrastran un sentimiento de fracaso en lo personal.

La puesta en escena es simple, pero impactante. La acción se desarrolla sobre un rotor que va situando a las dos actrices en posiciones contrapuestas, pero progresivamente coincidentes. La iluminación juega un papel fundamental, en mayor grado que la banda sonora.

Francisco Javier Aguirre

sábado, 22 de noviembre de 2025

LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE PETRA VON KANT. Crónica teatral

 

LAS AMARGAS LÁGRIMAS DE PETRA VON KANT. Crónica teatral

Rainer Werner Fassbinder es uno de los dramaturgos alemanes más consistentes de la segunda mitad del siglo XX. La obra que se está representando en el Teatro Principal durante estos días, se gestó en 1971 y causó un gran impacto en los ambientes culturales de la época. Lo mismo ocurrió con la versión cinematográfica dirigida por el propio autor un año después. 

La versión dramática que ahora se ofrece ha sido realizada por Rakel Camacho y en ella intervienen cinco actrices de gran solvencia encabezadas por Ana Torrent. La temática que aborda esta obra es sumamente actual. Aunque problemas como la soledad, la incomunicación, el delirio, el alcoholismo o los fracasos amorosos son eternos, en el momento presente han crecido exponencialmente en todos los estratos de la sociedad. La obra de Fassbinder ahonda en estas cuestiones, planteando una situación lacerante de la que es principal víctima la protagonista, la diseñadora Petra von Kant, epicentro de la acción dramática. Karin, su amante, sirve de contrapeso, acompañada por la madre y la hermana de la protagonista ante la mirada muda de Marlene, la criada y secretaria de Petra. 

El montaje dispone una oportuna distribución de roles, todos enfocados a analizar las relaciones humanas, los riesgos del éxito, la lacra del narcisismo y los vaivenes del amor. La escenografía de Luis Crespo impacta por sugerente y rupturista, lo mismo que el diseño del vestuario y el espacio sonoro, que llega a ser agobiante en los momentos álgidos de la trama. 

Las cinco actrices, incluidos los silencios de Marlene, realizan con sus gestos y palabras un profundo viaje al interior del alma humana. Como ha señalado Javier López Clemente, ‘el trabajo actoral es la guinda imprescindible para que todo encaje, dejando al espectador como a un entomólogo que analiza a unas criaturas situadas más allá de la verdad’.

Francisco Javier Aguirre

lunes, 17 de noviembre de 2025

EL PAÍS DEL VIENTO. Crónica teatral

 

EL PAÍS DEL VIENTO. Crónica teatral

La nostalgia de un amor juvenil llevó al Grazia Deledda, Premio Nobel de literatura en 1926, a escribir un relato autorreferencial sobre su lejana memoria. La compañía sarda Akròama ha cerrado con esta historia la Segunda Muestra Internacional de Teatro de Zaragoza, que se ha celebrado durante la pasada semana en el Teatro de la Estación. 

Mediante un sutil proceso de desdoblamiento, en el que la narradora es al mismo tiempo la protagonista de ese amor juvenil, la dramaturgia de Lelio Lecis, que también dirige la obra, va trazando con delicadas líneas envolventes una trama que une el presente con el pasado, en ese orden, mediante un lenguaje que combina la lírica con el acento dramático que subyace a la historia. El viento a que alude el título es un símbolo metafórico de la fuerza incontrolable  que agita las pasiones humanas, sometiéndolas a un destino ajeno a la propia voluntad. 

El espectáculo en italiano, con una dicción nítida por parte de los intérpretes, Lia Careddu, Roberta Pasquinucci, Stefano Cancellu, Simeone Latini y Tiziana Martuccipudo, pudo seguirse también con los textos traducidos en pantalla. Los cinco actores demostraron mucha pericia en su oficio, desempeñando papeles intercambiables de gran verosimilitud.

Especialmente impactantes fueron las canciones populares a viva voz interpretadas por la narradora, que a veces tomaba el papel de protagonista reciente de la historia antigua. El final de la obra resultó especialmente significativo, tanto por el juego escénico como por la música envolvente: el himno religioso ‘Deus ti salvet Maria’ con que culminó este drama sentimental.

Francisco Javier Aguirre

domingo, 16 de noviembre de 2025

HELEN KELLER, ¿LA MUJER MARAVILLA? Crónica teatral

 

HELEN KELLER, ¿LA MUJER MARAVILLA? Crónica teatral

La compañía gallega Chévere Teatro ha abierto un nuevo registro en la dinámica del Teatro de Las Esquinas con su producción ‘Hellen Keller, ¿la mujer maravilla?’ que se presentó en dicho escenario el sábado, día 15 de noviembre. Dirigidas por Xron, responsable también de la dramaturgia, Patricia de Lorenzo, Chusa Pérez de Vallejo y Ángela Ibáñez diseñaron de una forma impactante un espectáculo nuevo y en cierto modo alejado a la trayectoria habitual de la compañía, dedicada tradicionalmente a poner sobre las tablas episodios vinculados a la cultura gallega.

Fue Chusa Pérez de Vallejo quien hace un par de años propuso a Chévere la idea de recuperar la figura de Hellen Keller, una mujer norteamericana sordo-ciega que consiguió obtener un título universitario en 1904. Tras sucesivas investigaciones, se han ido descubriendo facetas desconocidas de su personalidad, de manera que la obra dramática no solo rehace su trayectoria, sino que la prolonga hasta el momento presente, entendiendo que su espíritu pervive en la mentalidad progresista que hoy anima a un importante sector de la sociedad.

La plasmación escénica de todos estos elementos y de las circunstancias en que se desarrollan, dio como resultado un espectáculo novedoso. Las actrices, una de ellas sordomuda y las otras dos expertas en el lenguaje de los signos, imprimieron un gran dinamismo a su actuación, que se combinó con un permanente reclamo al espectador mediante mensajes en pantalla y alusiones al esforzado trabajo de Anne Sullivan, maestra de Hellen, a través de una secuencia de la película ‘El milagro de Ana Sullivan’, dirigida por Arthur Penn en 1962.

Un animado coloquio aclaró algunos de los términos de esta sugestiva obra bilingüe, que combinó la lengua de los signos y la oral, y que ha contado con la colaboración de la Agrupación de Personas Sordas de Zaragoza y Aragón (ASZA).

Francisco Javier Aguirre


viernes, 14 de noviembre de 2025

LA BARRACA. Crónica teatral

 

LA BARRACA. Crónica teatral

Sobre la popular novela de Blasco Ibáñez, Marta Torres ha elaborado una dramaturgia impactante en todos los órdenes. La obra que se está ofreciendo esta semana en el Teatro Principal consigue fundir épocas, aplicando nuevas formas estéticas a una trama surgida del naturalismo. 

La dirección de Magüi Mira imprime a la pieza un carácter dinámico y preciosista que resalta el dramatismo de la situación. Todos los elementos encajan dentro de una idea madre, referida a conseguir la fusión de la imagen, el gesto, la voz, la luz y la música, incorporando las expresivas coreografías de Marta Gómez que vinculan las escenas entre sí. José Manuel Guerra ha estudiado en detalle los efectos de la iluminación que resaltan los momentos más álgidos de la obra. Del mismo modo, la música de Santi Martínez imprime intenso color al drama, siendo determinante en la escena de la muerte del pequeño Pasqualet. El elenco interpretativo muestra una coherencia compacta, con una gestualidad y una vocalización llenas de sentido. Cada uno de los actores, en sus diversos papeles, encaja a la perfección con la dinámica común.

La recreación con mimbres actuales de una anécdota de finales del siglo XIX, significa que los problemas antiguos persisten, e incluso se agravan en los tiempos modernos, en alusión directa a los conflictos que hoy desatan en buena parte del mundo las migraciones. Obras de este cariz satisfacen las formulaciones estéticas más exigentes, al tiempo que inducen a la reflexión sobre situaciones concretas patentes para los ojos abiertos y los oídos despiertos. 

 ‘La barraca’ es una historia de siempre que nos habla de la eterna lucha entre la razón y la violencia, de una comunidad enferma con comportamientos salvajes. Una historia que nos habla de la identidad tan necesaria que nos da el arraigo a la tierra en la que nacemos. Esa tierra que se convierte en desierto sin su alimento principal, el agua, señala Magüi Mira resumiendo el espíritu de la obra.

Francisco Javier Aguirre

 

 

jueves, 13 de noviembre de 2025

UN LUGAR DE PARTIDA. Crónica teatral

 

UN LUGAR DE PARTIDA. Crónica teatral

La emigración es un fenómeno recurrente en la historia de la Humanidad. Ya los míticos Adán y Eva tuvieron que salir del Paraíso para buscar horizontes más reales. A lo largo del tiempo, las personas y los pueblos se han movido hacia lugares presuntamente mejores, hacia paraísos reales o imaginarios. 

En eso consiste la pieza dramática de Iria Márquez, producida por la compañía valenciana Vivirei Teatro, que la propia autora ha dirigido y representado, compartiendo protagonismo con Héctor Fuster, en el Teatro de Las Esquinas, y consolidando de este modo la tercera entrega del programa ‘Mujeres a escena’, ya en su novena edición. 

La pareja de intérpretes reproduce con una exactitud casi milimétrica la trayectoria de Ángel y María, quienes en la década de los 60 abandonaron Galicia camino de Alemania. El hombre tomó la iniciativa, y su reciente esposa aceptó la situación, hasta que comenzó a plantearse las dificultades de una vida fuera de su ambiente. Ese es el nudo gordiano de la obra.

La interpretación es minuciosa y contundente a partir de un texto que ahonda en los sentimientos compartidos, y a veces contrapuestos, de los dos protagonistas. No son necesarios demasiados recursos escenográficos para plasmar esa situación de encuentro y desencuentro por la que transitan ambos emigrantes. 

La obra plantea algunos retos e induce a una reflexión, tanto de carácter histórico como contemporáneo, dadas las circunstancias en que se desenvuelve actualmente la emigración en España y otros países, tanto desde el punto de vista económico como en cuanto a sus connotaciones sentimentales, políticas y culturales. 

El coloquio posterior sobre esta obra quedó muy enriquecido con la presencia física de los dos protagonistas reales, acompañados por uno de sus hijos, cuyas intervenciones aportaron viveza y consistencia a la historia contemplada en el escenario.

Francisco Javier Aguirre

miércoles, 12 de noviembre de 2025

LOS TRANSPARENTES. Crónica teatral

 

LOS TRANSPARENTES. Crónica teatral

El pasado martes, día 11, se inauguró en el Teatro de la Estación el ciclo de representaciones que constituyen el MIT ZG25, Muestra Internacional de Teatro, organizada por la compañía titular de la sala, Tranvía Teatro.

La primera sesión correspondió a la obra ‘Los Transparentes’, un montaje singular de la compañía lisboeta-angoleña Cegada, original de Ndalu de Almeida, que utiliza el seudónimo de Ondjaki. Bajo la dirección de Manuela Paulo, también de origen angoleño, dos actrices y dos actores autóctonos desarrollaron un espectáculo de gran calado distribuido en 21 cuadros, o capítulos, y un epílogo, todos imbuidos de un espíritu bien definido, por un lado lúdico y por el otro reivindicativo.

Son cuatro personajes que viven en el mismo edificio de Luanda y que van narrando la historia de un hombre que se vuelve transparente, a través de diferentes episodios llenos de colorido, pero al mismo tiempo de dramatismo. La obra es un retrato de la sociedad contemporánea, en la que priman las desigualdades y los abusos de poder, contrastados mediante el amor y el compañerismo que van expresando los personajes con una gran riqueza gestual y vocal.

Es sorprendente la milimétrica dicción de muchos textos compartidos simultáneamente por los intérpretes. Particularmente impactante es la danza tribal ofrecida en las postrimerías de la actuación. La música acompaña en todo momento, añadiendo densidad e intensidad al trabajo actoral. Una escenografía sobria, pero significativa, enmarca con eficacia la trama. 

El espectáculo debía haber contado con rotulación en castellano, pero la incompatibilidad de los sistemas informáticos lo impidió. No obstante, la fuerza del texto y la calidad de la interpretación compensaron esa ausencia literal.

Francisco Javier Aguirre

 

viernes, 7 de noviembre de 2025

BLANCO Y EN BOTELLA. Crónica teatral

 

BLANCO Y EN BOTELLA. Crónica teatral

La compañía Hello Yoly está presentando en el Teatro del Mercado su producción ‘Blanco y en botella’. Bajo la dirección de Ana García, Yolanda Blanco se desenvuelve en el escenario adoptando diferentes roles: una madre, una amante, una hermana, una amiga y hasta una actriz, como quien desea rizar dentro del rizo. 

El título del monólogo pudiera sugerir la interpretación popular que deriva en leche, pero en realidad obedece al significado prístino del dicho: lo nítido, lo evidente, lo claro. Y por supuesto, no deja de reclamar la atención sobre el apellido de Yolanda.

Las sucesivas superestructuras personales en las que se introduce la actriz, dan voz, gesto y movimiento a esa panoplia de estereotipos femeninos que conforman un panorama de amplio espectro y larga proyección, un retrato de la modernidad a partir de un enfoque que combina la reflexión con la chanza. 

La obra va de menos a más, con un inicio en cierto modo dubitativo al tratarse del estreno del monólogo, en el que la actriz rompe pronto la cuarta pared para vincularse con el público, apoyada de forma constante por el acompañamiento musical de Víctor Palacín a la guitarra y al violín.

Vistosa la exposición de ‘modelitos’, diseñados por Raquel Poblador y Hello Yoly, que adornan de principio el escenario, con los que Yolanda Blanco va vistiendo a los sucesivos personajes de su, unas  veces precipitada y otras veces sosegada, actuación.

Confiesa la protagonista que su creación está gestada con mucho amor y mucho humor, dos soportes escénicos que pronto se hacen evidentes, consiguiendo la aceptación y el aplauso de los espectadores.

Francisco Javier Aguirre

jueves, 6 de noviembre de 2025

LO MÁS HERMOSO TODAVÍA. Crónica teatral

 

LO MÁS HERMOSO TODAVÍA. Crónica teatral

Palabras mayores requiere este breve comentario sobre LO MÁS HERMOSO TODAVÍA, tercera parte de la ‘Trilogía del camino’, que la compañía murciana Alquibla Teatro 40 Actos ha ofrecido el pasado miércoles, día 5, en el Teatro de Las Esquinas, dentro del ciclo ‘Mujeres a escena’.

Tras ‘Mi cuerpo será camino’ (2021) y ‘No me falte el aire’ (2023), las dos primeras partes de la Trilogía que también pudieron disfrutarse en el mismo escenario dentro del mencionado ciclo, esta última cima escénica consolida una cordillera de mucha altura, cuyo ascenso proporciona una visión en profundidad de la existencia humana. 

Alba Saura-Clares, dramaturga de primer orden y autora de las tres obras, estuvo presente en la representación y en el coloquio posterior, donde se pudieron aquilatar las excelencias de esta producción que alcanza cotas de excelencia difícilmente alcanzables. 

Bajo la dirección de Antonio Saura, padre de la dramaturga, y con el protagonismo impactante de Esperanza Clares, su madre, va discurriendo la trama de esta obra mayor que puede contemplarse como un amplio caleidoscopio que enlaza los tres elementos fundamentales sobre los que se basa: la vejez, la memoria y el olvido. 

En una sabia alternancia de episodios familiares y sucesos relevantes a escala mundial de los últimos 60 años, acompañados y resaltados por la pericia videográfica de Joaquín Clares, Isabel, la fotógrafa protagonista que ha llegado al final de su vida, hace girar en torno suyo al marido, los hijos, una nieta, el cuidador, un antiguo compañero de trabajo, una jefa de redacción, un director de un periódico... elaborando un mosaico sugestivo en el que se muestran los avatares de una vida dedicada a captar la realidad a través de una cámara, al tiempo que a combatir cierto machismo laboral imperante en nuestra sociedad. 

El elenco es básicamente el mismo que interpretó las dos anteriores entregas de la Trilogía, todo él de extraordinario nivel, destacando por veteranía Julio Navarro en su papel de marido de la protagonista, que, como los demás actores, se desdobla en un sinfín de personajes, consolidando entre todos una obra de enorme profundidad, a la que contribuye también de forma notable la música de Álvaro Imperial.

                   Francisco Javier Aguirre

sábado, 1 de noviembre de 2025

DON JUAN EN LOS INFIERNOS. Crónica teatral

 

DON JUAN EN LOS INFIERNOS. Crónica teatral

En unas fechas tan significadas como las que conmemoran a los fieles difuntos, tradición cristiana, y las que celebran el Halloween, tradición pagana, la compañía Teatro Che y Moche, bajo la dirección de Marian Pueo, ha puesto sobre las tablas del Teatro Principal la versión escénica de la película que con ese título realizó en 1991 el cineasta Gonzalo Suárez. 

Para el espectáculo ofrecido en el cruce de los meses de octubre y noviembre, Joaquín Murillo, director de la compañía, ha elaborado una dramaturgia en la que asume un doble papel, el del mítico aventurero Don Juan y el del rey Felipe II. En ambas figuraciones, Murillo deja constancia de su calidad interpretativa, avalada por sus cuarenta años de dedicación al teatro. 

El diseño escenográfico realizado por Óscar San Martín gira en torno a una alcoba multiusos, puesto que sirve para enmarcar las aventuras amorosas del protagonista así como para las escenas veladas en las que agoniza el monarca. El espacio escénico, de estructura variable y sugerente, con proyecciones visuales para cada coyuntura, aporta a esta versión la versatilidad de ambientes que exige la trama. 

Gemma Cruz y Saúl Blasco, que ocupan los otros dos vértices del triángulo interpretativo, afrontan una tarea camaleónica al desdoblar sus actuaciones para representar a la decena de personajes que completan el variopinto universo en que se desenvuelve el inquieto protagonista del drama. Quizá se deba a fallos de la amplificación electrónica, pero en algunos pasajes de la obra no se percibe la voz de Blasco con la suficiente nitidez, que sin duda mejoraría con una articulación más definida.

El espacio sonoro que envuelve los sucesivos episodios de la obra cumple de manera notable con su función.

Francisco Javier Aguirre