STRIP-TEASE. Crónica Teatral
La compañía Morfeo Teatro ha
vuelto a ofrecernos una suculenta sesión de arte dramático en el Teatro de las
Esquinas (19 y 20 de enero) poniendo sobre el escenario una de las obras clave
y más singulares del género surrealista, que tuvo enorme vigencia durante los
años 60 y 70 del pasado siglo.
El polaco Sławomir Mrożek, fallecido en 2013 a los 83
años, fue uno de los clásicos de la época, un fuera de serie a la hora
de reflejar con cruda ironía y festiva parodia el mundo que le rodeaba. Utilizó a menudo el humor surrealista y las situaciones grotescas para exponer las
creencias distorsionadas de sus personajes. El mundo que le rodeaba y que sigue
haciéndolo, porque ‘Strip-tease’, en versión de Francisco Negro, mantiene
su rabiosa actualidad.
Bajo la dirección de Mayte Bona
y Patricia Díez-Labín, el propio Negro y Felipe Santiago desarrollan la trama
encerrados en un escenario semicircular que en algunos momentos añade un curioso eco a los ingeniosos diálogos que mantienen ambos personajes. Diálogos reiterativos
e hilarantes, dentro de la gravedad de las cuestiones que proponen en torno a
la libertad personal y al sometimiento colectivo.
Ya la ambientación sonora del
arranque escénico es de una potencia sobrecogedora. Impresiona y predispone al
espectador a mantenerse atento sin un segundo de distracción a los gestos, tics
y movimientos que acompañan la precisión de las palabras de ambos personajes.
El peculiar acento vocal de Francisco Negro es otro de los alicientes de una
obra que discurre con enorme fluidez, reuniendo ironía, sarcasmo, juegos
lingüísticos, reivindicaciones sociales, elementos simbólicos y contradicciones
que ponen de manifiesto la situación grotesca en que se desenvuelve la
actualidad, entendiendo por tal la que procede, al menos, de la segunda mitad
del siglo XX.
La sesión transcurre ágilmente
entre una solapada comicidad y una angustiosa mirada al mundo cotidiano, al
consumismo adocenado, a la hipocresía política y a las falacias surgidas de la
proliferación de alienantes redes sociales que estrangulan hoy la vida intelectual
y emocional de millones de individuos.
El proceso de despojamiento
físico, el strip-tease que da título a la obra, conducido por una
mano siniestra que representa a los poderes fácticos denunciados previamente
por los personajes, es todo un prodigio de ejecución actoral y un magnífico
símbolo de la realidad que nos circunda.
Francisco Javier Aguirre
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