LOS MONÓLOGOS DE LA VAGINA. Crónica Teatral.
El título y la presentación publicitaria de algo que se anuncia como comedia, han conseguido un lleno absoluto durante los tres días del fin de semana en que la obra se ha presentado en el zaragozano Teatro de Las Esquinas. Anunciada como “una comedia que rompió tabúes e hizo historia, una comedia sobre las mujeres y su sexualidad, los tabúes sociales, la represión y la incultura sexual”, el éxito estaba asegurado. Pero la cuestión va más allá.
A pesar de que Olga Hueso, la primera actriz en escena, aludió en la representación de sábado 13 a que la mayor parte de la audiencia eran mujeres, pero lo cierto es que había tanto de unas como de otros. Atribuía la mayor presencia femenina al concurso de Eurovisión, en el que la histeria informativa de algunos medios daba por ganadora absoluta a la canción presentada por España. A la vista de los resultados, enorme decepción para unos, terrible fracaso para otros.
Volviendo al teatro, aparecen claras y contundentes las dos partes de la obra de Eve Ensler, adaptada por Edu Pericas, la cómico-crítica y la dramática. Ocupa la primera ochenta minutos, quedando los diez restantes para la reivindicación. Hay un giro brutal, sorprendente para quien no conozca previamente la trama. Olga de joven, interpretada por Albanta San Román, se queda sola en el escenario, tras llenarlo de rótulos con nombres femeninos.
Antes, se ha desarrollado con mucho desparpajo el eje de la trama, que consiste en el desconocimiento que tenían las mujeres de su propia anatomía y que quizá aún se mantiene en ciertos ambientes. La deconstrucción del personaje en tres, siendo el segundo –encarnado por Rocío Madrid– su locuaz órgano sexual, y el tercero la propia protagonista de joven descubriéndose a sí misma, es un buen logro desde el punto de vista dramático.
Las conversaciones, las diatribas, las discrepancias, las acusaciones, las disculpas y toda la serie de latiguillos verbales utilizados cómicamente, dan paso en los últimos diez minutos a una reivindicación cruda y certera de la mujer como víctima universal de la brutalidad masculina a lo largo de los siglos.
Ese es el mensaje, que hoy día esa tragedia está asolando y desolando el planeta cada vez con mayor intensidad. ¡Ay, si quisieran y pudieran hablar un tercio de las mujeres que lo pueblan…!
Francisco
Javier Aguirre
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