SOÑANDO DULCINEA. Crónica Teatral
La segunda sesión del IV Festival de
Teatro Clásico de Zaragoza tuvo como protagonista a la compañía salmantina La
Befana Teatro, personificada en la actriz Nuria Galache, que ya había actuado
en las primeras andaduras del zaragozano Teatro de Las Esquinas hace más de una
década.
El personaje de Dulcinea evoca con su
solo nombre todo un universo de significados. A partir de él, Nur Sánchez ha
construido un monólogo múltiple, puesto que la actriz personifica no solo a la
fantasía emocional de Don Quijote, sino también al propio caballero andante, a
su escudero Sancho Panza, a la aldeana Aldonza Lorenzo idealizada por el
hidalgo, y también a uno de los personajes más sugerentes, por moderno, de la
considerada obra cumbre de la literatura española: el que retrata a la pastora
Marcela, sobre la que la pieza teatral emanada de la novela de Cervantes pone
mucho énfasis como antecedente del actual desarrollo del feminismo.
Sobre una escenografía muy sugerente,
obra de Alejandro Contreras, Nuria Galache se desenvuelve con la soltura que da
el oficio, tanto en el orden gestual como en el verbal. A destacar la
utilización de su melena para hacer el tránsito de uno a otro de los personajes
que encarna.
La banda sonora de Beatriz Serrano, que
recurre a motivos alejados del mimetismo temporal cervantino para conseguir una dimensión
cronológica en la que caben múltiples interpretaciones, subraya momentos de
gran intensidad emocional en el trayecto narrativo de la obra. Allí
aparecen fragmentos de la música renacentista, de Vivaldi, Grieg, Mahler, el
tango… reforzando cada uno de los episodios más significativos del desarrollo
dramático. Profundizar en ellos, escapa a las dimensiones e intención de este comentario.
El coloquio posterior con la actriz, participando buena parte del público asistente, sirvió para profundizar en varios aspectos de esta original versión de El Quijote.
Francisco Javier Aguirre
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