BODAS DE SANGRE. Crónica Teatral
A veces, afortunadamente, no se cumple la sentencia popular de que ‘nadie es profeta en su tierra’. Una vez más lo ha demostrado el Teatro del Temple, una de las compañías más consistentes del panorama aragonés, al poner sobre las tablas el drama, trufado de poesía, que García Lorca tituló ‘Bodas de sangre’.
Aforo completo en el Teatro Principal durante cuatro días seguidos, del jueves 16 al domingo 19. Aforo completo y satisfacción plena del público asistente, puesto en pie al concluir la representación de estreno.
Es larga la querencia del Teatro del Temple por García Lorca de quien ya han representado en años pasados ‘El público’, al mismo tiempo que están entrenados para poner en pie obras trágicas, tras su reciente abordaje del ‘Edipo’ de Sófocles.
Producida por María López Insausti, bajo la dirección de Carlos Martín, con el apoyo y coordinación técnica de Alfonso Plou, han conseguido una versión de la tragedia lorquiana de alto vuelo, tanto por el diseño del espacio escénico como por el resto de los elementos que constituyen el arte de Thalía, incluida la banda sonora de Gonzalo Alonso que en buena parte de las escenas acrecienta de forma original el ambiente lóbrego en que se desarrolla la acción en el orden emocional.
En el reparto actoral, encabezado por Irene Alquézar y Félix Martín, secundados por Minerva Arbués, Jacobo Castanera, Alba Gallego, Alberto Pérez Paz y Claudia Siba como la novia, el Teatro del Temple ha conseguido caracterizar a cada uno de los personajes de forma diáfana y consistente, combinando en ocasiones el estatismo externo con el dinamismo interno, una fórmula que acrecienta la tensión dramática del texto, sin perder en absoluto el aroma poético que lo envuelve.
La obra de García Lorca, que pronto cumplirá su primer centenario, revive en esta versión con un indudable aire de modernidad determinado por el trabajo de los actores y el diseño del espacio escénico.
Francisco Javier Aguirre
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