LA COMEDIA DE LOS ERRORES. Crónica Teatral
Entre los muchos dramas y tremendismos que William Shakespeare subió a la escena, figura como pieza singular ‘La comedia de los errores’ que, en versión de Albert Boronat y bajo la dirección de Andrés Lima, está ofreciendo estos días el Teatro Principal de Zaragoza. El propio director ha expresado de forma elocuente el laberinto por el que el bardo británico hace circular a los espectadores que tratan de identificar a la tropilla de personajes que circulan por las calles de Éfeso, en una Grecia remota, pero al mismo tiempo actual, habida cuenta de que el espacio sonoro, a cargo de Sergio Sánchez Bou, está regido por figuras inconmensurables como Mikis Theodorakis, Chopin y Mike Oldfield.
El propio director es quien delimita de manera concisa el argumento de la obra: “Cuatro gemelos, es decir, dos parejas de gemelos emparentados con dos gemelas, que por error se emparejan con los gemelos que no son sus parejas mientras sus gemelos auténticos se disfrazan de las gemelas erradas para seducir a sus gemelos, impostores de ellos mismos… ¿o no es así? …no, me he equivocado, yerro. En realidad, son una pareja de gemelos, que no lo son entre ellos sino de otra pareja que tampoco lo son entre ellos, pero sí lo son de la otra pareja, que adquieren una deuda con un joyero, amigo de un exorcista que vive cerca de una Abadía en la que se encuentra una Madre Abadesa que está casada con un viajero comerciante que ella cree muerto y por lo tanto es más madre que abadesa… o no, ¿me equivoco de nuevo? El caso es que todos tienen ganas de fiesta a la orilla del mar en Éfeso… ¿Éfeso tiene puerto? Tiene una biblioteca y un teatro precioso, pero… ¿mar?”
El elenco presidido por
Pepón Nieto, a quien acompañan con un enorme desparpajo Antonio Pagudo,
Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido, encarnando a un
larga docena de personajes, traduce la comedia de Shakespeare con un ritmo
trepidante y una precisión escénica que sorprende, tanto por la gestualidad como
por la vocalización.
El vestuario de Paola Torres es fastuoso, y la dinámica del montaje, debido a Andrés Lima, con sus esporádicas rupturas
de la cuarta pared, completan un espectáculo de altos vuelos que se estrenó en el Festival de Mérida del pasado verano.
Francisco
Javier Aguirre
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