viernes, 18 de diciembre de 2020

 

Lotería 

 

Todo se ha revuelto entre nosotros durante este año. La distancia une, la distancia desune, la distancia es la distancia. En un conflicto a distancia no ves la cara de tu contrincante, no puedes hacerle gestos de concordia, te vales de palabras electrificadas que a veces pueden provocarte o provocarle una electrocución mental. Eso es lo que ha pasado con mi hermano. Discutimos agriamente, llegamos al insulto, a las recriminaciones, que son las manos crispadas en forma de palabras malsonantes, malolientes si estuviéramos más cerca los vientos soplaran en la dirección apropiada. La distancia es la distancia. Pasarían los días, irían sucumbiendo las semanas, se agostaría el mes. Pero noel corazón nunca se le seca a un hermano. Sin previo aviso, sin caracoleos ni disculpas, he encontrado la solución para volver a la concordia. La lotería de Navidad me ha servido de recurso. He comprado un décimo. Mejor dosuno cuyos 4 dígitos finales coinciden con su año de nacimiento y otro en el que se refleja el mío, en los mismos 4 dígitos finales, dos años antes. He fotografiado ambos y le he enviado un WhatsApp con cada uno, diciéndole que juega la mitad del importe, que ese es mi regalo de Navidad. A mí ya me ha tocado el gordo antes del sorteo. Me gustaría que a él también. Cualquier día me responde confirmándomelo. 

 

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