viernes, 29 de septiembre de 2023

MAQUIAVELO. Crónica Teatral

 

MAQUIAVELO. Crónica Teatral

Se atribuye a Maquiavelo esta sentencia apodíctica de que 'El fin justifica los medios' utilizada en la política y en otros asuntos humanos, aunque no todo el mundo esté de acuerdo en que sea el autor. Sin embargo, de su obra ‘El príncipe’ puede extraerse esta conclusión. Una fórmula que se aplica, sea de quien fuere, desde el principio de los tiempos en los que alguien tuvo mando sobre un conjunto de humanos. 

En ‘Maquiavelo’, la sorprendente representación ofrecida por el Teatro de Las Esquinas el pasado 28 de septiembre, el guión de la obra ofrece algunos episodios históricos en retrospectiva para confirmarlo.

El desarrollo argumental, escrito por Chema Cardeña, es tan simple como complejo, valga la paradoja: un político de alto nivel, interpretado por José Vicente Moirón, con dirección y dramaturgia de Pedro Luis López Bellot, personifica al prototipo del gobernante democrático que desarrolla su papel en el mundo contemporáneo. Puede ser España u otro país de su calibre, porque también la globalización ha causado sus efectos en este campo. Pero incluso sin recurrir a este fenómeno contemporáneo, el perfil desborda la cronología y la geografía.

El personaje representado por Moirón, es fácilmente identificable, sin que ello signifique un nombre concreto o el líder de un partido determinado. Hoy la alta política funciona así. La alta política, por cierto, está cada vez más baja, sirva de nuevo la paradoja, no solo en valores morales o éticos sino también en cuanto a su nivel de representación. Quien haya estado en contacto con las llamadas ‘autoridades’ –es distinto tener autoridad que ostentar poder–, puede dar fe de ello y elaborar un listado con nombres y apellidos, no solo en la política nacional, sino también en la regional, la provincial y la municipal. No todos los políticos son iguales, pero abundan los que cada vez se parecen más al descrito en ‘Maquiavelo’.

Pasando de las musas al teatro, la concepción escénica y el montaje de la obra impactan por su versatilidad, la oportuna combinación de medios expresivos, sea en la voz, sea en la gesticulación, sea en los recorridos espaciales, sea en los sobreentendidos que se derivan de las conversaciones telefónicas, sea también en el recurso al chantaje y a cualquier otra fórmula de abuso de poder expresado con palmaria verosimilitud por parte del actor.

El uso alternativo de la amplificación de la voz o del susurro, las secuencias televisivas con su final en carta de ajuste, las proyecciones en pantalla desde diferentes ángulos, con picados y contrapicados, los mensajes grabados, la utilización del color o el gris neutro... todo tiene un significado, todo encierra un mensaje que cala en el espectador y le estremece. ¿Hacia dónde caminamos en el orden político? ¿Tenían razón los escritores analistas de la realidad a quienes se consideró agoreros hace algunas décadas, algunos siglos?

Francisco Javier Aguirre


lunes, 11 de septiembre de 2023

UN SECRETO A VOCES. Crónica Teatral

 

UN SECRETO A VOCES. Crónica  Teatral

El género comedia, dentro del espectro escénico, exige ciertas concesiones. En el Teatro de las Esquinas se presentó durante el pasado fin de semana ‘Un secreto a voces’, obra escrita y dirigida por Álvaro Carrero, que en alguna de las funciones que la compañía La Cochera desarrolla en el Teatro Luchana, de Madrid, ha actuado también como actor sustituyendo a Pablo Puyol, que parece el titular del papel.

Se trata de una comedia que aborda la dificultad de guardar un secreto, y la confusión llena de oscilaciones que ello provoca. Un aspirante a médico que no consiguió iniciar la carrera, de lo que nos enteramos tangencialmente, inicia la acción esperando la llegada de un amigo para celebrar el cumpleaños de su novia, papel interpretado por Virginia Muñoz. Quien debe llegar es un amigo gay portador de un secreto, leit motiv argumental sobre el que transita toda la acción cómica.

Porque la acción es la clave de esta obra en la que no hay un minuto de respiro y en la que van hilándose una tras otra situaciones estrambóticas, surrealistas, caóticas y hasta ficticiamente dramáticas, condicionadas por desarrollarse en la última etapa del Covid 19, donde las precauciones, incluso entre amigos, se extremaban en algunos casos.

Miguel Ángel Martín, que encarna al amigo a quien se espera, gestiona el eje de la trama, apareciendo y desapareciendo del escenario y aportando su vis cómica tan conocida a través de sus actuaciones en programas como ‘Tú no mandas’. El uso de gags y referencias divertidas, recurriendo incluso a episodios imaginarios, bien socorridos por una luminotecnia oportuna, hace las delicias del público.

Profundizando un poco en el rocambolesco fresco cómico, hay una sutil crítica sobre la actualidad de las noticias falsas, los bulos, que ahora tienen una prescindible denominación en inglés, aunque esté en boca de quienes se tienen, tal vez, por postmodernos y universalistas.

Mediada la obra, parece adivinarse que, además de la pareja que ocupa el apartamento, va a producirse una conexión entre María, a quien interpreta Noemí Ruiz, y el inquieto portador del secreto, a pesar de que a este sigue caracterizándosele como gay, cuestión que no acaba de aclararse en la trama.

El que no coincidan en escena María y él hasta el final y el que no se reconozcan, a pesar de ser presuntamente pareja, se solventa recurriendo a una rara enfermedad, la prosopagnosia, aunque tampoco se explica la comunicación previa entre ambos con la intención de acudir al teatro, un asunto que queda en el aire sin más explicaciones.

Pero las risas están aseguradas, a lo que contribuye el acento malagueño que utilizan los actores.

Francisco Javier Aguirre

 

domingo, 10 de septiembre de 2023

LA HISTORIA INTERMINABLE. Crónica Teatral

 

LA HISTORIA INTERMINABLE.  Crónica Teatral

Es un riesgo indudable trasladar al escenario un texto narrativo que trata de vehicular la realidad con una fantasía cuyo eje conductor propende a desembocar en ‘la Nada’. Dicho riesgo se ha corrido por partida doble, puesto que ‘La historia interminable’ de Michael Ende no sólo ha sido escenificada, sino también musicalizada. El Teatro Principal ha aceptado ese reto programando el espectáculo durante tres semanas, a partir del pasado viernes, día 8, aunque apostando sobre seguro tras los varios meses de éxito de la obra en el Teatro Calderón de Madrid.

Para degustarla en su versión escénico-musical resulta muy conveniente haberla leído en su versión literaria, aparecida en 1979 y ampliamente difundida tras el impacto causado dentro del género. Se trata de uno de los libros narrativos que marca un antes y un después respecto al valor de la fantasía frente a las simples crónicas o reconstrucciones de la realidad, antigua o moderna. Hay gustos para todos y cada lector tiene su opinión al respecto.

Volviendo al espectáculo ofrecido en adaptación musical hay que destacar la precisión en el ritmo y la excelencia del montaje, con numerosos cuadros escénicos que exigen un diseño previo muy cuidado. De hecho, la sesión comienza con un cortometraje en el que se explica el proceso de creación y construcción de la obra.

La música sigue los patrones habituales empleados por el compositor Iván Macías, indudablemente influido por la larga y poderosa trayectoria de Broadway, aunque se haya incluido algún número de resonancia más castiza. Especial relieve, desde el punto de vista coreográfico, tiene la ‘danza de los pájaros negros’, magnificando el reputado claqué de la tradición norteamericana.

La adaptación del texto literario por parte de Félix Amador es correcta y sintetiza de forma adecuada el argumento. Hay que advertir, sin embargo, que para profundizar en el contenido ideológico que trasciende de la narrativa se necesita una cierta capacidad de reflexión, independientemente de la edad del espectador. Es decir, que los niños y adolescentes ‘despiertos’ pueden captar la sutileza de los mensajes que se entrelazan con la trama.

Lo que realmente singulariza a esta producción es el uso de la técnica denominada animatrónica, que impacta al espectador y consigue efectos especialmente realistas con la aparición del caballo de Atreyu, Ártax, así como la del benéfico dragón Fújur, e incluso la de las rocas parlantes, que en su momento dieron nombre al grupo de pop-rock Vetusta Morla.

Francisco Javier Aguirre