martes, 3 de abril de 2018

MILENIO


MILENIO

         En los últimos años habían cambiado las tendencias y toda la gente iba vestida con tanto decoro que el gerente del establecimiento decidió dejar sin trabajo a las maniquíes. Las encerró en una habitación blindada. En un descuido del carcelero, una noche de invierno, se fugaron todas ataviadas con bikinis a la última moda. Causó tal impacto la noticia, que las tendencias cambiaron al cabo de un milenio.
         El abuelo terminó de narrar la aventura a sus nietos, que acababan de llegar con los muslos de un ciervo recién descuartizado. Lo asaron a la brasa. Todos los miembros de la familia cenaron a la luz de las antorchas. Luego, el más artista de los jóvenes dibujó en la pared la silueta del animal, aún vivo, antes de ser cazado. Lo había fotografiado cucando los ojos y encuadrándolo con los dedos pulgares e índices de ambas manos unidos por los extremos. Al mismo tiempo, el intelectual de la tribu se dirigió al abuelo satisfecho y le dijo: ¡Ya se le vale, vejete visionario. Nos ha contado una historia de ciencia ficción!

GIROS


Giraba y giraba sobre mi cabeza. Aunque pudiera ser que estuviera girando y girando bajo mis pies. No estaba yo muy seguro de mi postura. A veces me parecía que iba de izquierda a derecha, y a los pocos segundos lo hacía a la inversa. Pero no era novedad que fuera de derecha a izquierda, sino de dentro afuera –en ocasiones de fuera adentro–, una girología geométrica de proyección cósmica difícil de explicar. Pudieron pasar horas, días, meses o años, porque el tiempo se había suprimido. En determinado momento, un pequeño ser meticuloso se presentó ante mí. No temblé, lo aseguro. Le planté cara. Es más, le ordené que se diera la vuelta. Lo hizo. Detrás de él no había nada, su espalda no existía. Entonces yo giré sobre mis talones y dejé de verme. Aquella inexistencia nos congratulaba a los dos porque sonreíamos imperceptiblemente felices. No pude comprobarlo, pero la sensación de sonriencia era segura. También nueva, como recién nacida al par de la creación, como surgida al mismo tiempo que la fundación del universo. Hasta aquí puedo contar. El resto es ciencia ficción.