viernes, 26 de abril de 2024

ESTADO DE ALARMA. Crónica Teatral

 

 

ESTADO DE ALARMA. Crónica Teatral

El confinamiento sufrido por los españoles en 2020 a causa de la pandemia del Covid-19, ha dado origen a multitud de relatos, entre los cuales quiero recordar el libro AISLADA, escrito por una comunicadora aragonesa residente en Madrid, que se presentó como la primera novela publicada a nivel mundial sobre la pandemia (así se asegura en la web de la autora) tras el fin del Estado de alarma. 

Este es el título de la pieza teatral escrita y dirigida por César Lucendo, que al mismo tiempo la interpreta, en compañía de Lara Dibildos en el Teatro del Mercado, durante estos días de finales de abril. 

La temática es sabida y recurrente, aunque la trama se desarrolla en una situación inusual cuando una española, Julia, recién regresada de Londres, se encuentra atrapada en el piso en venta de un policía deprimido, Fede, que se halla de baja desde hace dos años. 

El encuentro entre ellos y los desencuentros sucesivos dan pie a una comedia presidida por el humor, previsible en bastantes de los episodios, aunque de vez en cuando alza el vuelo en busca de otros horizontes sin llegar a consolidar ninguno de los apuntados, como la corrupción política, las diversas fases de una trayectoria familiar o las complejas relaciones de pareja que en estos tiempos de pandemia se recrudecieron.

No hay demasiados sobresaltos en la narración, que incluye la muerte de la madre del protagonista en la soledad de un hospital. Esta sería la más importante de la reivindicaciones que se derivan de una pieza en la que Lara Dibildos se muestra como la gran actriz que es, tras haber superado su traumático cáncer de tiroides en la juventud, hace ya bastantes años, que añadió popularidad a su condición de hija de dos mitos del espectáculo: su padre, José Luis Dibildos, y su madre, Laura Valenzuela, fallecida hace poco más de un año.

La dramaturgia es elemental, con efectos lumínicos para indicar el paso del tiempo, y una banda sonora apoyada en las canciones que marcaron aquellos meses de inquietudes y zozobras.

Francisco Javier Aguirre

 

miércoles, 24 de abril de 2024

EL TIEMPO TODO LOCURA. Crónica Teatral

 

EL TIEMPO TODO LOCURA. Crónica Teatral

Trabajar artísticamente con el concepto del tiempo cósmico o cronológico, no del climático, es por una parte un riesgo y por la otra un horizonte de enormes posibilidades. Ya el título de la obra permite hacer un juego de significados entre LOCURA y LO CURA. En el texto de Félix Estaire, representado bajo su dirección en el Teatro del Mercado la pasada semana por Silvia de Pe, Camila Viyuela y Ángel Ruiz, se utiliza esa remota posibilidad de la regresión temporal para conseguir un doble efecto, el reflexivo y el cómico. En algún lugar escribí que “el tiempo y el espacio son los dos elementos en los que la realidad se escinde para hacerse comprensible a los humanos”. 

Sin ahondar en los principios científicos y para-científicos del  ‘renacimiento’, tal como lo entienden y aplican algunos expertos en el mundo esotérico, Félix Estaire maneja a sus personajes, tres hermanos, de los cuales el varón es el intermedio, para mostrar que la realidad es hoy por hoy inamovible, aunque la fantasía pueda proporcionar alternativas si en algún momento del pasado se hubieran tomado decisiones distintas a las que hubo. Pero sabemos que eso no es posible, que aquello de “si yo lo hubiera sabido” pertenece a la fantasía porque nuestra historia personal ha quedado sellada in aeternum. 

La agilidad del montaje permite que los tres actores diversifiquen sus papeles manteniéndose en la irreductible realidad, o bien recurriendo a las remotas posibilidades de readaptación temporal. Somos fruto de las decisiones pasadas, pero siempre nos cabe imaginar un  presente variable y un futuro espléndido si lo que pasó hubiera sido distinto.

En palabras del autor-director, “nuestra intención con esta comedia pasa por generar un humor posible y versátil para cualquier género, de forma que la pieza pueda ser interpretada por mujeres, por hombres o por un reparto mixto de todos los géneros. En esencia, nos interesa generar y buscar un entramado cómico que trate de focalizarse en una carpintería teatral humorística común a los seres humanos, que vaya más allá de su género”.

El juego de estas variables permite al autor plantear alternativas a menudo hilarantes, que los tres intérpretes desarrollan con brillo y seguridad utilizando una dramaturgia fija, al mismo tiempo que dotada de gran versatilidad.

Francisco Javier Aguirre

sábado, 13 de abril de 2024

NOCHE DE REYES. Crónica Teatral

 

NOCHE DE REYES. Crónica Teatral

Distribuir entre seis actores los casi veinte personajes de la comedia navideña de Shakespeare ‘Noche de Reyes’ es ya de por sí un enorme mérito que corresponde al director de esta versión, Alberto Castrillo-Ferrer, que ha presentado durante el presente fin de semana el  zaragozano Teatro del Mercado.

La abigarrada trama ideada por el genio inglés como un divertimento para la fiesta de la Epifanía, se traduce en un espectáculo aún más divertido que el original, por cuanto se introducen elementos folclóricos, ironías de la modernidad, alusiones identificables y una mezcla de lo ingenioso con lo profundo, utilizando el análisis de un buen amigo y experto en las artes escénicas y cinematográficas, Fernando Gracia, que en esta ocasión me ha ganado por la mano y ha descrito la enorme satisfacción obtenida tras asistir al estreno de la obra. 

De su análisis tomo algunas referencias al  definir espectáculo como brillante, ingenioso, inteligente y muy divertido. Igualmente suscribo su alusión a las hermosas coreografías y al ritmo trepidante que imponen la media docena de intérpretes con una pasmosa capacidad de metamorfosear sus identidades.

La simplicidad del montaje escénico se contrarresta con la densidad de la dramaturgia que recurre a lo mágico, lo exótico, lo aparente y lo dúplice, conjugando oportunamente  poesía, carnalidad, simulación de sexos y locura colectiva para mostrarnos de nuevo el crisol del género humano, en palabras del adaptador textual y director escénico ya mencionado. 

Es obligado citar al elenco formado por Irene Alquézar, Blanca Carvajal, Gema Cruz, David Ardid, Alfonso Pablo y Luis Rabanaque, subrayando también el acierto de los responsables de la iluminación, Bucho Cariñena, vestuario, Marie Laure Benard, y espacio sonoro, David Angulo, que confieren a esta producción de las compañías aragonesas Nasu y El Gato Negro una calidad y una consistencia que indudablemente va a ser aplaudida en otras latitudes. 

Francisco Javier Aguirre

 


viernes, 12 de abril de 2024

CÓMETE UN PIE. Crónica Teatral

 

CÓMETE UN PIE. Crónica Teatral

Cristina Fallarás es una conocida escritora y periodista que ha ganado varios premios de narrativa y cuenta con abundantes distinciones en el mundo de la comunicación. Nacida en Zaragoza en 1968, estudió periodismo en Barcelona donde ha desarrollado prácticamente su vida profesional.

Más conocida por sus participaciones en programas de debate en varias cadenas televisivas y por su firme postura en defensa de los derechos de la mujer, ha llegado de forma indirecta al teatro a través de la obra ‘Cómete un pie’ que el jueves 11 de abril se exhibió en el zaragozano Teatro de Las Esquinas.

Hace algo más de un año se pre-estrenó en Madrid esta selección de textos que constituyen una especie de caleidoscopio con tres mirillas de observación. Tres mirillas correspondientes a tres mujeres coetáneas, ubicadas en un lugar impreciso aunque con ciertas referencias a Zaragoza por cuanto una de las damas se denomina así: una señora de Zaragoza. Las otras dos son una política y una prostituta. A todas ellas las encarna Ana Roche, que desarrolla su interpretación dirigida por Celia Morán.

El inicio del espectáculo es revelador por cuanto pone de relieve el valor del silencio. Tras ese punto de partida y suspense, las reflexiones de la escritora, que también participa junto con la actriz en el montaje de la dramaturgia, van desfilando ante la vista, el oído y el sentido de la sorpresa de los espectadores.

Todo es muy relativo en la trama, relativo y reiterativo porque siempre es la misma hora, del mismo día, con el mismo clima y en el mismo lugar, Barcelona, aunque la procedencia aragonesa de la autora se destapa con un somarda sentido del humor en la interpretación de una jota en playback.

El permanente combate feminista de Cristina Fallarás, a quien puede considerarse una gladiadora o gladiatriz de los platós televisivos y de los restantes medios de comunicación, es el pozo y el poso que deja su obra trufada de perplejidad. Pozo insondable, porque los problemas de las mujeres no tienen fin en nuestra civilización machista, y poso impactante que va más allá de la mera comprensión intelectual.

Ana Roche se implica en el rol que interpreta por triplicado, acabando ella misma conmovida por su trabajo, como pudo constatarse tras las repetidas ovaciones y aplausos al final de la obra.

 

Francisco Javier Aguirre

lunes, 8 de abril de 2024

UN POETA LLAMADO ROSENDO TELLO

 UN POETA LLAMADO ROSENDO TELLO

Al acercarse el Día del Libro, los que tengo organizados en mis estanterías han sentido un leve estremecimiento que no me ha pasado desapercibido. He mirado con afecto a estos compañeros de viaje que apenas reclaman otra cosa que orden y afecto. A ambos requerimientos he atendido lo mejor posible a lo largo de mi trayectoria profesional como bibliotecario, y lo mismo hago ahora a título particular. Conservo libros emblemáticos desde mi época de estudiante, y algunas obras notables por diferentes conceptos.

No sintiéndome muy capacitado para la lírica, es sin embargo un género que aprecio mucho. Admiro a los poetas cuando son capaces de condensar en pocas palabras vivencias de gran calado, se refieran a su órbita personal o a la social. Uno de los elementos que más valoro en la poesía es el ritmo, influido sin duda por mi honda afición musical. Hay metáforas audaces que engalanan la realidad, y expresiones que despiertan sentimientos de otra forma difíciles de aquilatar.

Recorriendo mis libros de poemas en las estanterías, he encontrado dos especialmente significativos. El primero es una Antología de César Vallejo, publicada en Cuba en 1962, de la que se imprimieron cien mil ejemplares. Repito la tirada en guarismos para confirmar la cifra: 100.000. Así lo certifican los datos legales en la página de créditos. Es el volumen 114 de mi biblioteca y, según su Ex Libris, ingresó en ella el 1 de octubre de 1969. Contiene un poema, MASA, que me ha causado siempre un enorme impacto por diferentes motivos. De hecho, con su recitado finaliza mi novela La dama del Matarraña, publicada en 2009. Posteriormente ha tenido una nueva edición, e incluso ha sido traducida al catalán de Aragón en 2022, salvo el poema de Vallejo.

El segundo libro al que quiero referirme es otra Antología, esta vez de un poeta aragonés a quien siempre he admirado mucho, estimándolo como escritor y como persona: Rosendo Tello. Su obra y sus méritos son ampliamente conocidos y reconocidos, por lo que estas líneas solo pretenden sumarse con ocasión de la Fiesta del Libro a la celebración de la obra de un poeta especialmente querido y valorado por quienes amamos la literatura.

Rosendo camina hacia los 94 años. Es el decano de los escritores aragoneses, no solo por edad sino fundamentalmente por su excelencia literaria y su calidad personal. Podría descender a detalles que me atañen, pero no he de ser indiscreto. En cualquier caso, los libros de mi domicilio se sienten honrados por la proximidad de la Antología poética de Rosendo, titulada El vigilante y su fábula, un volumen de casi 750 páginas que tengo cariñosamente dedicado por su autor en 2005. No he podido tener la misma suerte con la Antología de César Vallejo.

Francisco Javier Aguirre


(Publicado en ARAGÓN DIGITAL el 8 de abril, 2024)


sábado, 6 de abril de 2024

EL VIAJE DE LOS CANTORES. Crónica Teatral

 

EL VIAJE DE LOS CANTORES. Crónica Teatral

El dramático episodio de unos emigrantes mexicanos que murieron asfixiados en 1987 dentro un vagón hermético, mientras trataban de alcanzar las fronteras del falso paraíso yanqui, dieron lugar a un texto escrito por Hugo Salcedo y estrenado en la ciudad de México en 1989, que el Aula de Teatro de Las Esquinas, bajo la dirección de Marian Pueo, ha puesto sobre las tablas los días 5 y 6 de abril en el propio Teatro de Las Esquinas, dentro de su programa ‘teatro de acción’.

Seis mujeres y seis varones, alumnos veteranos de los cursos de formación del propio Centro, no profesionales pero avezados en el arte dramático, combinan sus movimientos, sus proyectos, sus ansiedades, sus experiencias, sus aspiraciones, su sufrimiento y su angustia mortal para componer un retablo de los horrores padecidos intentando alcanzar el firmamento de sus deseos.

Una escenografía presidida por un muro policromado, del que penden coloridos retazos de la vida pasada y de la esperanza futura, acompaña, magnifica y anticipa el desarrollo de la trama de forma anacronológica, como aclaró la directora antes del inicio de esta singular muestra de la capacidad interpretativa de quienes sin ser actores profesionales han logrado a través de largas jornadas de trabajo transferir a los espectadores el horror y la miseria de una sociedad en descomposición.

Marian Pueo advirtió de que los sucesos en los que se basa el drama acontecieron hace varios decenios, pero que la situación actual, tanto en el área centroamericana como en otras del planeta que están en la mente de todos, es cada vez peor.

La actuación de los doce hombres y mujeres que representan a muchos seres humanos víctimas de la Historia criminal, fue convincente en términos generales, destacando el monólogo de la anciana ciega, así como los cantos y las danzas de los protagonistas guiados por la ayudante de dirección y coreógrafa Ingrid Magrinyà.

El público asistente al estreno salió en silencio tras el impactante drama contemplado, y también estremecido al saber que la toma de conciencia personal, lamentablemente no trasciende a las esferas políticas y de poder que controlan el cada vez más desvencijado panorama internacional en muchos aspectos, sobre todo en lo referente a las migraciones derivadas de la pobreza extrema, de la persecución ideológica, de la avidez financiera de los poderosos y de la incapacidad de los políticos, preocupados por ‘lo suyo’ e indiferentes ante la verdadera problemática que ahoga la vida física y emocional de tantos seres humanos.

Francisco Javier Aguirre

 

sábado, 23 de marzo de 2024

EL VIAJE DEL MONSTRUO FIERO. Crónica Teatral

 

EL VIAJE DEL MONSTRUO FIERO. Crónica Teatral

Ha retornado al zaragozano Teatro de Las Esquinas, del que es frecuente huésped, Rafael Álvarez ‘el Brujo’. Durante este fin de semana, del 22 al 24 de marzo, ha traído aromas de primavera y del resto de las estaciones del año para levantar el ánimo de sus fieles seguidores que han llenado por completo el aforo de esta dinámica sala de cultura multidisciplinar.

Seguramente es Rafael Álvarez el personaje capaz de reunir en una sola actuación todas las disciplinas artísticas e intelectuales que circulan por esta atribulada humanidad que, sin embargo, halla unos momentos de sosiego y alegría viéndole y escuchándole.

‘El viaje del monstruo fiero’ alude a la referencia que en 1607 hizo Lope de Vega al actor ante el ‘ilustre senado’ del público, proponiéndoles un acertijo en forma de enigma cuya solución era esa especie imprescindible en los escenarios que es el actor.

La obra que presenta en esta ocasión Rafael Álvarez no es un tratado de metafísica, ni una investigación teológica, ni un recetario de cocina, ni una ristra de poemas líricos, ni una rememoración histórica, ni una farsa política, ni una incursión en los misterios de la mística, ni un recorrido burlesco por la actualidad, sino todo ello reunido en su propia persona con el apoyo de Javier Alejano, armado con un violín y un pandero para subrayar el gesto, el giro, el paso, el baile, el grito, la sorna, el brillo, la risa, la tristeza, el bufido, el exabrupto, la fantasía, la superstición y todos los bienes de la palabra a los que recurre el monstruo fiero con la necesaria colaboración de Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, William Shakespeare, el ya mencionado Lope de Vega y todo un ejército de excelsos referentes en quienes se apoya la indestructible comicidad, la incisiva sátira, la implacable lucidez y el interminable ingenio de un genio.

Todo ello con un Introito ritual al fondo de escenario, flanqueado el celebrante por sendos candelabros pentaculares que, del mismo modo, clausuran la sesión teatral con invocaciones misteriosas a los hados que custodian el templo de Talía.

Francisco Javier Aguirre

 


viernes, 15 de marzo de 2024

UN DELICADO EQUILIBRIO. Crónica Teatral

 

UN DELICADO EQUILIBRIO. Crónica Teatral

Han transcurrido casi seis décadas desde que se estrenó ‘Un delicado equilibrio’, de Edward Albee (Premio Pulitzer de drama, en 1967), que estos días se ofrece en el Teatro Principal a partir de la traducción de Alicia Borrachero y Ben Temple, que son pareja desde hace veinte años y al mismo tiempo desempeñan los papeles estelares de la obra, bajo la dirección de Nelson Valente.

No han variado mucho las circunstancias y el esquema de la familia americana acomodada que a lo largo de este tiempo se ha trasplantado a nuestra geografía social. Desencuentro matrimonial solapado, tragedia familiar mal encajada por la muerte de un hijo, rebeldía y sucesivos fracasos emocionales de la hija, injerencia de otros miembros de la familia y, como colofón, la aparición de una pareja de amigos íntimos, Harry y Edna, que invaden el espacio familiar aquejados de un incomprensible –por impreciso– terror vital.

Todos estos ingredientes dan lugar a una obra cuyo título ya es significativo, puesto que nos plantea la inestabilidad emocional, gran azote de la sociedad contemporánea.  Alude a las crisis del mundo occidental pero, sobre todo, al ocaso de la seguridad como una sensación aprehensiva; vamos construyendo signos y formas que nos refuerzan la ilusión de lo concreto y lo confiable, mientras esa misma realidad se va desmoronando a ojos vista.

La pieza de Albee va de menos a más en sus cuatro escenas desarrolladas en un mismo escenario, pero separadas mediante la zona oscura y el sonido chirriante de unos crótalos. El inicio estuvo un tanto lastrado por la falta de proyección de la voz de la protagonista Agnes, a quien da vida Alicia Borrachero, en contraste con la clara dicción de Tobías, su marido, encarnado por Ben Temple, de quien es notoria su procedencia lingüística anglosajona por un acento que no es óbice para su correcta dicción en castellano tras varias décadas residiendo en España. 

La trama no ofrece especial complicación hasta que aparecen Harry y Edna, la pareja de amigos íntimos, que  interpretan Juan Bentallé y Cristina de Inza, para desequilibrar la situación, y seguidamente Julia, la hija de Agnes y Tobías, que encarna Anna Moliner. Ella, víctima del fracaso y la histeria, acabará con el delicado equilibrio mantenido hasta entonces.

La escenografía de Lúa Quiroga, desarrollada en dos planos, el segundo de ellos sugerido mediante una rampa, simboliza bien las rupturas internas de los personajes en el terreno emocional.

No acaba de resolverse el asunto de la amplificación en un recinto tan amplio como el Teatro Principal. El anterior estreno, ‘La Regenta’, no planteó ninguna dificultad, cosa que sí ocurre con ‘Un delicado equilibrio’.

Francisco Javier Aguirre

viernes, 8 de marzo de 2024

LA REGENTA. Crónica Teatral

 

LA REGENTA. Crónica Teatral

Si Clarín hubiera conocido las teorías de Freud, hubiera encontrado un nombre para la dolencia de doña Ana Ozores: la neurastenia. Una joven y hermosa mujer casada que no vive satisfecha sexualmente, padece una dolencia psíquica que la puede conducir por derroteros distintos a los socialmente convenidos. El desempeño de Ana Ruiz en ese papel, resulta convincente a lo largo de su interpretación.

Este es uno de los puntos de referencia de la versión que ha hecho Eduardo Galán de la novela de Leopoldo Alas que, tras su estreno en Madrid a primeros del pasado febrero, se está interpretando estos días en el Teatro Principal de Zaragoza, bajo la dirección de Helena Pimenta.

El segundo conflicto es el materno-filial que se desarrolla entre don Fermín de Pas, el canónigo magistral de la catedral, interpretado por  Alex Gadea, y su señora madre, doña Paula, a la que da vida con sobrada insidia Pepa Pedroche. La codicia como vehículo para el dominio social en todos los órdenes, es el principio que trata de inculcar a su hijo.

La prolija narración que pasa por ser una de las cimas de la literatura decimonónica española, se concreta de este modo en la mencionada adaptación teatral, cuyo autor reconoce que intenta defender el derecho de la mujer a elegir su destino, aunque no coincida con la moral reinante. Ha enfocado la historia desde el punto de vista de Ana Ozores, que será castigada con el abandono y un final trágico.

El lenguaje de los diálogos conserva el sabor de la época, evitando arcaísmos, aunque el desarrollo escénico resulta un tanto frío y estereotipado,  a pesar del empeño de la directora en suplir con gestos e inflexiones de voz los movimientos internos y externos de los protagonistas.

Los ocho intérpretes en quienes se concentran los conflictos (dos de ellos duplicando personaje) desempeñan con seguridad su papel, destacando la rotundidad melosa de Jacobo Dicenta como el donjuán escurridizo que es Álvaro Mesía, enfrentado de manera ladina al ingenuo marido de Ana, el Regente jubilado, a quien da vida Joaquín Notario, por una parte, y por otra a don Fermín, el canónigo magistral, con quien mantiene un pugilato de forma más subrepticia.

Una ingeniosa escenografía de carácter minimalista permite, dentro de su austeridad, desarrollar una dramaturgia compleja apoyada en un habilidoso manejo de la luminotecnia y una sutil banda sonora que aromatiza de algún modo la tensión del espectáculo.

Francisco Javier Aguirre

 

sábado, 2 de marzo de 2024

PARÍS. Crónica Teatral

 

PARÍS. Crónica Teatral

Si la experiencia es un grado en todos los órdenes de la vida, también en el teatral, Paco Ortega y Rafael Campos la multiplican por dos, e incluso por tres, porque en la obra conjunta que han presentado en el Teatro del Mercado el viernes, día 1 de marzo, hay un tercer personaje que da título a la pieza: París como concepto, más que como destino geográfico.

Incluso podría ser que multiplicaran por cuatro, porque Ágatha, con esa H intercalada en la intimidad de su nombre, es un vértice y un vórtice donde convergen las ansias y los delirios de los dos personajes indistintos que pululan por el escenario. 

Tan indistintos, afines e intercambiables que se llaman Uno y Dos alternativamente, aunque pretendan las mismas cosas en orden inverso, consolidando un trabajo interpretativo del máximo nivel sobre un texto que bebe de las fuentes prístinas del teatro del absurdo, vehículo necesario en todo tiempo, y cada vez más, para conseguir integrar la patología mental que nos inunda.

Con un dominio preciso y perfecto de los recursos escénicos, llámense voz, mirada, gesto, paso, postura o silencio, los intérpretes asumen una responsabilidad compartida en la dramaturgia y la dirección del espectáculo cuyo texto, aun perteneciendo de inicio a Rafael Campos, es asumido como propio por Paco Ortega, desatando una comicidad sarcástica, a veces a flor de piel, a veces por el tránsito subterráneo que a todo ser humano atento a la realidad le recorre.

El disfrute está asegurado para quienes busquen una comedia que supere las barreras de la conformidad mostrenca. Y todo ello adornado sintéticamente por esa especie de flor sonora que es el vals ‘Bajo el cielo de París’, que Paco Aguarod ha ido esparciendo por los sucesivos escalones de este espectáculo para que, desde la más agreste realidad, ascienda a las alturas de los significados filosóficos.

Los más avisados hallarán diseminados por los renglones de esta dramedia recién estrenada, trazos de Samuel Beckett, Sławomir Mrożek, Antonin Artaud, Harold Pinter y hasta del excelso Ludwig Wittgenstein cuando concluye que el silencio es la solución a todas las atrocidades y adversidades de la vida.

Francisco Javier Aguirre

jueves, 29 de febrero de 2024

MENINA. Crónica Teatral

 

MENINA. Crónica Teatral

El cada vez más preocupante asunto del bullying en la infancia y adolescencia ha sido el tema del cuarto y último programa del Ciclo de Teatro Rebelde que ha presentado la compañía Proyecto Cultura el pasado miércoles, día 28, en el Teatro de Las Esquinas.

Sobre un texto de J. P. Cañamero, Sergio Adillo y Pedro Luis López Bellot, que al mismo tiempo es el responsable de la dramaturgia y dirige el espectáculo, la actriz Nuqui Fernández realiza una cruda exposición del problema que supone para muchas personas la aceptación de su propia imagen por ellas mismas y por su entorno.

El personaje se rebela y reivindica su propia identidad por encima de los cánones de belleza que establecen quienes atacan a los más débiles. Escrita en clave de tragicomedia, la pieza viaja desde el cuadro que pintó Velázquez, hasta la actualidad encarnada en el personaje femenino, Mari Bárbola, que pintó el artista sevillano.

Mediante un hábil juego de luces, utilizando el desdoblamiento expresivo con el uso alternativo de la voz en directo y la voz amplificada, apoyándose en una banda sonora muy bien elaborada por Álvaro Rodríguez Barroso y contando únicamente con un lienzo en blanco en el escenario, que la propia actriz hace girar de posición para hacer el tránsito del tiempo y del espacio, se consigue un efecto dramático de gran impacto, como se puso de manifiesto en el coloquio posterior a la representación, un recurso que dota al Ciclo de un peculiar atractivo al permitir el análisis en directo del espectáculo por parte del público asistente.

El acierto de la obra, más allá de la matizada interpretación de Nuqui Fernández, radica en su vinculación con ‘Las Meninas’, una de las más famosas piezas pictóricas del arte español con la que se establece un vínculo sensorial aunque no exista ninguna imagen del cuadro en escena. No es necesario, porque cualquier espectador de cultura básica puede hacer la transferencia de la imagen plástica a la realidad conceptual que se desarrolla en el texto de la pieza dramática.

La necesidad de obras de este tipo va más allá de la simple oportunidad, como testimonia el centenar de representaciones ya realizadas a lo largo de la geografía española que, según se anunció al final del coloquio, volverá a ser puesta en escena próximamente en La Almunia de Doña Godina.

Francisco Javier Aguirre

viernes, 23 de febrero de 2024

LA COMEDIA SIN TÍTULO. Crónica Teatral

 

LA COMEDIA SIN TÍTULO. Crónica Teatral

Podemos considerar a Emilio Ruiz Barrachina un experto en la obra de Federico García Lorca, además de ser un artista multidisciplinar que ha hecho cine argumental, documental, narrativa, investigación literaria, periodismo y poesía. 

El pasado verano estrenó en Oviedo la obra que estos días está presentando el Teatro Principal de Zaragoza. ‘La comedia sin título’ del autor granadino ya había sido interpretada a secas en otras ocasiones. A secas significa que solo se tomaba en cuenta lo que García Lorca dejó escrito antes de su temprana muerte.

Ruiz Barrachina realizó en 2006 una película documental, producida entre otras entidades por Aragón TV, titulada ‘Lorca. El mar deja de moverse’, en la que analiza las últimas horas del poeta y la trama política y familiar que concluyó con su asesinato. Se descubre a los verdaderos culpables del crimen, basándose en las investigaciones de Ian Gibson en los años 80, y en las más recientes de Miguel Caballero y Pilar Góngora a través de documentos, inaccesibles durante muchos años, y de testimonios de personas presentes o cercanas a los hechos que rodearon el fusilamiento del poeta.

Fundiendo la obra original de Lorca, en la que un grupo de actores está ensayando en casa de los hermanos Rosales ‘El sueño de una noche de verano’, de Shakespeare, con su propia creación, Ruiz Barrachina ha compuesto y dirigido ahora ‘La comedia sin título’ que respeta el título lorquiano e interpreta la compañía La Libélula Teatro.  

 El engarce resulta bastante conseguido, enlazando bien la primera parte de resonancias poéticas con la segunda de desarrollo trágico, basado en las investigaciones citadas. El reparto, en el que figuran varios actores que ya intervinieron en diferentes puestas en escena de las obras de García Lorca en versión de Ruiz Barrachina, como ‘Bernarda’ o ‘Yerma’, es amplio y solvente, destacando Juanma Díez Diego que encarna al poeta granadino.

Prosigue el misterio, según algunos intencionado, sobre el lugar en el que fue enterrado García Lorca, pero esta interpretación de sus últimos momentos consigue retratar la tragedia con bastante verosimilitud, no exenta de polémica por cuanto implica la actuación criminal de algunos parientes del propio mito desaparecido.

Francisco Javier Aguirre

 

jueves, 22 de febrero de 2024

MACHO GRITA. Crónica Teatral

 

MACHO GRITA. Crónica Teatral

Alberto San Juan y los músicos de la Banda (Pablo Navarro, Gabriel Marijuán, Miguel Malla y Claudio de Casas)  abarrotaron el día 21, miércoles, el Teatro de Las Esquinas, interpretando la obra ‘Macho Grita’, tercera entrega del intenso ciclo de Teatro Rebelde que se está desarrollando durante el presente  mes de febrero.

Mediante un proceso combinatorio de recitado y música, se van desentrañando las raíces de la masculinidad a partir del mito de Don Juan, el taimado burlador de cuanta mujer caía rendida a sus requiebros. Tras este primer episodio, en que el actor se desdobla en dos personajes que compiten entre sí con los mismo objetivos, se inicia una reiterativa interpretación de lo que supuso la apertura de una nueva etapa en la historia universal a partir de 1492, con la conquista del reino de Granada y el descubrimiento de América, entre otras efemérides.

En ese momento de la representación, la obra entra en bucle, reiterando una y otra vez los errores históricos cometidos en este país, relativos a la expulsión de los judíos y de los moriscos, así como al establecimiento de la Inquisición.

Hay un episodio intermedio, dedicado a las efusiones lírico-eróticas de Santa Teresa de Jesús, que se escapa del marco intencional de la obra, tanto en el fondo como en la forma. El amor parece quedar reducido a su factor fisiológico, eludiendo los elementos emocionales e incluso espirituales que comporta el fenómeno amoroso en su máximo nivel de desarrollo.

Subyace a lo largo de la comedia dramática una intención de apoyo al feminismo que considero desenfocada: pareciera que se pretende pasar de la mujer oprimida históricamente a la mujer opresora en la actualidad. 

En la actuación de Alberto San Juan, con  predominancia de los pasajes danzados, se detectan ciertos tics gestuales que remiten al ya consolidado estilo de Rafael Álvarez el Brujo, que pronto retornará al Teatro de las Esquinas. 

A destacar el nivel interpretativo de los músicos, así como su repertorio adecuado a las diversas fases de la acción. También una luminotecnia llena de matices desempeña un papel importante a lo largo del espectáculo.

Francisco Javier Aguirre

jueves, 15 de febrero de 2024

SEXPIERTOS. Crónica Teatral

 

SEXPIERTOS. Crónica Teatral

Desde que Telmo Irureta obtuvo el año pasado el premio Goya al mejor actor revelación, su estatus en el mundo del espectáculo ha crecido considerablemente. En aquella ocasión, relativa a la película ‘La consagración de la primavera’ dirigida por Fernando Franco, censuré en la revista digital FilmAffinity el uso indiscriminado de la cámara oscilante en una trama que exige planos fijos que induzcan a la reflexión, porque la temática es similar a la de ‘Sexpiertos’.

La pieza teatral, original de Kepa Errasti y del propio Telmo, que el miércoles, día 14, ofreció el Teatro de Las Esquinas dentro del sugestivo ciclo de Teatro Rebelde, utiliza también la movilidad de los dos personajes, pero con un sentido distinto y creativo.

Los desplazamientos a lo largo del escenario pretenden atraer al público y no distanciarlo. De hecho, es un tránsito solo a lo largo, porque el fondo está ocupado por dos filas de sillas de ruedas desde donde los espectadores que lo han preferido así se acercan a la acción.

Además de esa complicidad por parte de Nico, a quien da vida Telmo,  y en ocasiones de su partenaire Ana (Miren Arrieta), hay una interacción permanente con el técnico de la iluminación, Xabier Lozano, que recibe órdenes y contraórdenes para situar el foco en los lugares oportunos.

La escenografía tiene también cierta conexión con el mundo cinematográfico alternativo, y en concreto con la película ‘Dogville’, de Lars von Trier, en cuanto a la trazada de marcas en el pavimento para construir sobre ellas una figuración volumétrica, como el ascensor en el que los protagonistas quedan atrapados y que constituye el eje de la comedia. Comedia y tragedia al mismo tiempo, porque la situación a futuro de las personas discapacitadas no está resuelta a pesar de los avances conseguidos en las últimas décadas.

El complejo mundo del sexo es el marco conceptual en el que se desarrolla la relación entre los dos protagonistas, y no solo entre ellos sino también con la participación de algunos espectadores invitados a participar en el happening.

La actuación de Irureta es espectacular por la autenticidad espontánea de su personaje y el humor que despliega a lo largo de la obra, dirigida por Mireia Gabilondo. Miren Arrieta, como Ana, se desenvuelve bien, un tanto a remolque de Telmo, porque así lo exige la obra en la que ha tenido que sustituir ocasionalmente a la coprotagonista inicial del espectáculo.

Francisco Javier Aguirre

 

miércoles, 14 de febrero de 2024

PROYECTO LARAMIE. Crónica Teatral

 

PROYECTO LARAMIE. Crónica Teatral

Matthew Shepard, un joven homosexual que estudiaba en la Universidad de Wyoming, fue apaleado en 1988 por otros dos compañeros a las afueras de Laramie, donde residían, y murió pocos días después a consecuencia de las heridas sufridas.

Este es el punto de partida que ha servido a los alumnos de tercer curso de la Escuela municipal de Teatro para ofrecer un espectáculo de carácter documental que en su día escribió Moisés Kaufman. 

Bajo la dirección de Paco Formento, que explicó anticipadamente la situación en el Teatro del Mercado, siete alumnas y tres alumnos han ofrecido una especie de ejercicio final del primer cuatrimestre, recuperando aquella situación dramática y distribuyéndose los papeles de los protagonistas de una manera ágil y compleja que utiliza todos los recursos vocales y gestuales a su alcance, incluyendo los musicales, puesto que en dos momentos entonan un canto coral de índole religiosa. 

La intención pedagógica va más allá de la mera representación, porque plantea un problema que no termina de resolverse en nuestro tiempo, a pesar de las campañas de concienciación sobre el respeto por las orientaciones sexuales de cada persona o colectivo.

En la realización del espectáculo juega un importante papel el pugilato social a favor y en contra de la tolerancia. Para ello se utilizan grabaciones videográficas de las diferentes posturas que en su día provocó el luctuoso suceso en la sociedad yanqui. También se recurre a especificar las posturas de las diferentes confesiones religiosas que intervienen en el debate, así como los sentimientos encontrados que provoca la situación, unos pidiendo venganza y otros proponiendo el perdón.

Volviendo al ejercicio interpretativo, hay que destacar el dinamismo de la acción, por momentos algo precipitada, así como el esfuerzo gestual de los intérpretes que en algún caso resulta exagerado. Pero finalmente son aprendices, aunque bien cualificados, que en un futuro próximo intentarán abrirse paso en el complicado mundo de las artes escénicas. Meritorio ejercicio, en todo caso, que pone de relieve una vez más la buena labor que desarrolla la Escuela municipal de teatro de Zaragoza.

Francisco Javier Aguirre

lunes, 12 de febrero de 2024

ENTREVISTA CON MI HIJA MARI. Crónica Teatral

 

ENTREVISTA CON MI HIJA MARI. Crónica Teatral

Yeyo Bayeyo no es un seudónimo de la hija de Antonia San Juan, sino un periodista de investigación de una de las tantas cadenas televisivas que ofrecen entrevistas con personas ilustres o menos, en cualquier caso populares, por motivos dignos o indignos.

El comienzo del espectáculo ofrecido en el Teatro de Las Esquinas el domingo, día 11, con el aforo completo, lo abría el presentador con una fórmula que emulaba cómicamente la actuación de ciertos divos de la pequeña pantalla que ponen por delante la importancia propia sobre la de las personas que van a entrevistar.

Para añadir leña al fuego, la compañía de un piano en escena auguraba música. El prólogo quedó prontamente diluido con la aparición de Antonia San Juan, convocada para hacer una muestra de su carrera artística como cantante. En pocos minutos se comió la personalidad del entrevistador, tras una muestra desternillante de su habilidad musical.

No tardó en sentarse en el sofá para comenzar narrando sus conflictos maritales y las derivaciones familiares protagonizadas por una ausente principal, su hija Mari, a la que se fue sumando también su otro hijo, Paco, igualmente ausente. 

Quienes sí iban apareciendo, aunque de manera virtual a través de la pantalla, eran diferentes personajes y vecinos del barrio que aportaban testimonios contradictorios sobre las declaraciones que la artista estaba haciendo al periodista de investigación.

No quedó títere con cabeza a lo largo de la entrevista. Todo resultaba tan cómico e hilarante que hasta la propia actriz sucumbió a una risa incoercible, avanzada ya la representación. Desde el acento canario de Antonia San Juan, autora de la dramaturgia y directora de sí misma, hasta el papel subsidiario del supuesto periodista, toda la trama fue un retablo de episodios cómicos, críticos y a veces cáusticos, que tuvieron por objeto reivindicar la dignidad femenina frente al machismo ancestral que, de manera sutil, sigue dominando buena parte de la vida social.

La caricatura certera, las ocurrencias gozosas y el lenguaje quebradizo adornado por el acento populachero de la actriz, derivaron en un final imprevisible y dramático, pero de alto valor simbólico.

Francisco Javier Aguirre

viernes, 9 de febrero de 2024

Robots. Crónica Teatral

 

Robots. Crónica Teatral

Hay espectáculos cuya escenografía es un elemento tan fundamental como la trama. 'Robots', un texto original de Fernando Ramírez Baeza inspirado en hechos reales, resalta por la versatilidad de su escenografía a cargo de Marta Guedan, que incluso cuenta con Andrés Acevedo como asesor de los desplazamientos que se producen sobre el amplio escenario del Teatro Principal, tanto por parte de los actores como de los objetos. 

Hay un auténtico trasiego de unos y otros, un verdadero frenesí, para dar relieve a una historia cuyo denominador común es la corrupción en dos órbitas muy a menudo conectadas: la política y la empresarial. Y dato importante: en ese momento está prohibido cualquier desplazamiento porque estamos en el momento más álgido del Covid-19.

El argumento nos presenta a un alto dirigente del Banco Futuro que trata de librarse de una imputación de fraude, derivando la responsabilidad hacia la presidenta de la empresa. Es el tiempo de la pandemia. Una presunta investigadora propone la adquisición de cuatro robots de tecnología americana pero fabricados en China, que ayudarán a paliar la emergencia sanitaria.

A partir de aquí, se suceden toda una serie de contactos frenéticos a través del teléfono y de los sistemas de comunicación virtual que van mostrando los diversos estratos de la corrupción. Se plantean temas como la obediencia debida, que exime de la responsabilidad directa de un delito, y la postura profesional de un funcionario frente a las veleidades de un político escasamente cualificado.

Ampliando el foco, nos encontramos con una parodia de la situación actual en los niveles administrativos y empresariales, porque en definitiva se trata de un engaño y los presuntos robots no pasan de ser simples aparatos de tecnología similar a los microondas, cada una de ellos valorado en un millón de euros.

El reparto, encabezado por Juanjo Artero, lo componen cuatro mujeres y tres varones más, que desempeñan agitadamente sus papeles y modifican con gran precisión las estructuras escénicas para convertir los espacios en un despacho ministerial, una oficina bancaria, una vivienda, una cabina telefónica y otra serie de soportes físicos para la acción.

Dirigida por Gabriel Olivares, la acción se va desarrollando en esos espacios alternativos, en los que también destaca la impactante iluminación a cargo de Carlos Alzueta, así como la utilización simbólica de armas de fuego a lo largo de la trama para subrayar la violencia y el desasosiego que dominan el ambiente.

Francisco Javier Aguirre

jueves, 8 de febrero de 2024

LA SUERTE. Crónica Teatral

 

LA SUERTE. Crónica Teatral

Ha dado comienzo la séptima edición del ciclo Teatro Rebelde que durante los miércoles del mes de febrero se está desarrollando en el Teatro de Las Esquinas.

La primera función ha estado a cargo del dúo valenciano Pérez&Disla, –Jaume Pérez y Juli Disla– bajo la dirección del primero, compartida con  Toni Agustí y Santiago Ribelles

‘La suerte’ es una obra impactante sobre la adopción homoparental e interracial, al tratarse de una vivencia personal de ambos protagonistas, quedando el  tercero –el niño adoptado–  en penumbra, aunque su presencia emocional es constante y hay escenas directas de su realidad por vía virtual.

La capacidad de sugerir del texto va pareja con la expresión directa del anhelo que dos hombres manifiestan tras haber consolidado una familia que desea adoptar un niño. La suerte, como título de esta historia íntima, es un término que se transforma en símbolo. A lo largo de la trama van desfilando de forma veloz las reflexiones individuales sobre la paternidad, así  como el acuerdo que conduce a la convivencia de dos personas del mismo sexo, una vez superadas las trabas sociales y legales que la impidieron hasta hace unos decenios.

El proceso de espera y los trámites administrativos para conseguir la adopción dan lugar a una sugerente reflexión sobre los términos espera y esperanza. Todo el desarrollo del proceso destila un potente contenido emocional, porque no se trata de una simple representación, sino de una vivencia real de los dos protagonistas.

La dramaturgia es ágil y elocuente, apoyada por una videografía que refleja el cambio de mentalidad social reflejada en la postura de los padres, ya mayores, al saber que sus hijos van a serlo a su vez, aunque de una forma nueva en cuanto al proceso legal, pero de una forma eterna en lo que concierne a los sentimientos humanos.

El coloquio posterior con los actores, acostumbrado en este ciclo, fue de gran interés, clarificando posturas y situaciones que por fortuna van adquiriendo socialmente el carácter de normalidad.

La próxima sesión, ’Sexpiertos’, de la compañía vasca Tantakka Teatroa, programada para el próximo miércoles, día 14, se perfila como una nueva ocasión para adentrarse en una realidad que nos impacta.

Francisco Javier Aguirre

 

sábado, 3 de febrero de 2024

VIVE MOLIÈRE. Crónica Teatral

 

VIVE MOLIÈRE. Crónica Teatral

Insólito, inédito, inverosímil, casi imposible: siete interrupciones, siete, en el transcurso de una obra de teatro. Siete interrupciones de aplausos atronadores, que al final se prolongaron deteniendo los relojes de los espectadores. Todo el aforo del Teatro de Las Esquinas puesto en pie, salvo los perezosos. Puestos en pie los espectadores y casi levitando de satisfacción. 

Es inverosímil que cinco actores, dos mujeres y tres hombres, sean capaces de representar más de cuarenta personajes, extraídos de las obras de Molière, con una precisión, una sincronía, una caracterización, una gestualidad y una verosimilitud que causa asombro. 

La producción de Ay Teatro, dirigida por Yayo Cáceres y titulada ‘Vive Molière’, ofreció el viernes, día 2, doble sesión en el Teatro de Las Esquinas, una matinal para público joven y otra vespertina para todas las edades. Un buen amigo, gran experto en artes literarias y cinematográficas, que asistió a la función matinal, me puso un aviso sugiriéndome que no me perdiera la obra. Ya tenía previsto acudir, pero debo reconocer que la representación superó todas mis expectativas, lo que avala la opinión de mi amigo. 

Escenas y fragmentos de diez obras del genio de la comedia francesa del siglo XVII, fueron revividos por Laura Ferrer, Marta Estal, Juan de Vera, Kevin de la Rosa y Mario Portillo, contando con la aportación de Amalia Portes como madame Lumière, pieza básica para la adecuación lumínica de las escenas. Como lo fue la ya citada Marta Estal en su triple papel de clavecinista, soprano y actriz. Ella fue en buena medida quien desató los sucesivos aplausos intermedios que no interrumpieron la acción, sino que la encumbraron. Ella y el colectivo actoral, por añadido.

Los indudables méritos del director se vieron acrecidos por ser Yayo Cáceres también el autor y arreglista de la música interpretada al clavicémbalo electrónico por Marta Estal, ingrediente del máximo interés no solo para los melómanos sino para cualquier espectador atento. Ya hubiera sido el súmmum disponer de un instrumento original.

La rapidez y perfección de las caracterizaciones, el ensamblaje milimétrico de las escenas, el fastuoso vestuario de época, la escenografía, la versatilidad actoral, la habilidad versificadora, la precisión lingüística y la realización en su conjunto convierten a ‘Vive Molière’ en un espectáculo memorable.

Francisco Javier Aguirre

 

viernes, 2 de febrero de 2024

UN VERANO INVENCIBLE. Crónica Teatral

 

UN VERANO INVENCIBLE. Crónica Teatral

Dos mujeres, amigas desde la infancia, se encuentran con un mismo problema en su edad adulta: han sido abandonadas por su pareja. A Maite le ocurrió hace más de una década, pero a Lola le ha sucedido hace cuatro días. Desesperadamente trata de conectar por teléfono con Álex, su novio, que le bloquea cualquier medio de comunicación. Se siente herida, pero al mismo tiempo culpable. 

Sin embargo, se mantiene en su tarea de titiritera, formando pareja con un colega, a quien interpreta Óscar Sánchez. Esto no la saca de la desesperación, del desconcierto, y recurre a Maite, su antigua amiga, que la invita a vivir en su casa.

Lola no consigue recuperarse, a pesar de contar con el apoyo de un psicólogo, y comienza al sufrir trastornos físicos que derivan en una incontinencia urinaria. El apoyo de Maite, con la que acude al karaoke para desahogar la tensión, resulta insuficiente. Lola se niega a seguir las prescripciones médicas en un episodio que entra en bucle, y es sin duda la escena más tensa de la trama. Finalmente, como el tiempo todo lo cura, la situación parece resolverse y la obra termina con las dos amigas y el compañero titiritero disfrutando en una playa que transita entre la ficción y la realidad.

La obra, original de María Díaz de Rada, que la dirige y actúa en el papel de Lola, es un intento de analizar la validez de las relaciones sentimentales en el momento actual, aunque deriva en exceso hacia elementos lúdicos  intrascendentes. También es un estudio de los límites de la amistad, sin que se profundice en ellos. La dispersión de situaciones lastra el conjunto de la obra. María de Rada (nombre artístico de la dramaturga-directora) y Marta Castelló, como Maite, sostienen sus papeles con buena voluntad, siendo Óscar Sánchez,  en su triple desempeño como titiritero, psicólogo y médico quien actúa con más contundencia.

El espacio escénico es elemental, la banda sonora amplia y dispersa, y el vestuario circunstancial. La solicitada participación del público, en un par de ocasiones de carácter festivo, no tuvo excesivo eco el día del estreno.

Francisco Javier Aguirre

lunes, 29 de enero de 2024

ESTEBANILLO GONZÁLEZ. Crónica Teatral

 

ESTEBANILLO GONZÁLEZ. Crónica Teatral

La compañía extremeña Teatro Guirigai, que este año cumple los 45 de existencia, ha puesto en escena durante el pasado fin de semana en el Teatro de la Estación la obra de autor anónimo titulada ‘Estebanillo González, soldado y bufón’, un clásico anónimo del género narrativo, del siglo XVII.

La obra es una parodia cómica, de merecida fama por su ácido retrato de una época de la historia española, presentada en el último Festival de Teatro clásico de Cáceres. La acción transcurre en la ciudad de Nápoles a mediados del siglo mencionado, cuando esa perla mediterránea estaba ocupada por el Imperio español y era una plaza estratégica frente a las amenazas de los turcos, los berberiscos y los franceses. 

El tabernero Estebanillo tiene entre sus clientes a un poeta, Gabriel de la Vega, y a un soldado, el capitán Gerónimo de Bran. Con ellos organiza juergas, trapicheos, apuestas y ficciones. La más recurrente  se refiere a la Guerra de los Treinta Años, en la que los ejércitos españoles intervinieron por aquella época.

Los tres amiguetes, a quienes interpretan Jesús Peñas, Raúl Rodríguez y Rubén Arcas, escenifican sus presuntas aventuras durante el conflicto, en el que dicen haber participado, aunque se trata de un simple recurso para ejercitar su espíritu lúdico porque en ello radica la esencia de la comedia picaresca, un género de especial relevancia en nuestra trayectoria literaria.

El montaje de la obra es abigarrado, con presuntos escenarios bélicos que se mezclan con una abarrotada sucesión de episodios y una singular colección de objetos que los actores utilizan a un ritmo frenético, incluyendo canciones de época, como algunas tarantelas y villanescas napolitanas en las que solicitan la participación del público.

La versión y dirección de Agustín Iglesias da como resultado una obra festiva que, aun manteniéndose dentro del marco histórico que retrata, permite al espectador hacer traslaciones al tiempo presente, porque en esencia la idiosincrasia española no ha variado tanto en los últimos siglos.

Francisco Javier Aguirre

 

viernes, 26 de enero de 2024

 

SALOMÉ. Crónica teatral

La incombustible creatividad de Magüi Mira se ha plasmado en una nueva versión textual y escénica de la trágica historia bíblica de Salomé, hija de la reina Herodías e hijastra de Herodes Antipas, personajes que moran en la memoria de todas aquellas personas que en nuestra infancia o adolescencia estudiamos la Historia Sagrada. 

La versión de la prolífica actriz, que también la dirige, fue estrenada en el 69 Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, el pasado verano, y ha llegado al Teatro Principal despertando gran expectación. No se trata de una simple recreación histórica, sino de una reinterpretación en profundidad del poderío femenino que emana de estas dos figuras bíblicas, madre e hija, acompañadas de la personalidad caduca que representa el rey Herodes, actualizado con un atuendo propio de los tiempos modernos, tirantes y corbata, como elementos significativos. Además de ello, su presencia y desempeño escénico en la persona de Juan Fernández, raya en un intencionado ridículo, mostrándolo como un gobernante inepto, pendiente de la vida regalada y pretendiente de los favores de su hijastra.

La obra intenta conjugar los diferentes ingredientes y géneros que operan en la actualidad en la deriva del arte dramático, desde los musicales hasta el retorno del teatro del absurdo y las justificadas reivindicaciones feministas, dando también entrada al simbolismo astrológico en la figura de la estrella Sirio, la más próxima al sistema solar. Llama también la atención el uso de una banda sonora casi continua, que desborda el sentido diegético habitual en el panorama escénico, e incluso en el fílmico.

La interpretación estelar de Belén Rueda, como Salomé, eclipsa a las demás, siendo Pablo Puyol el contrapunto más notable, en su papel de Juan el Bautista. Ambos centran el nudo gordiano del espectáculo que consiste en el análisis de la pasión y el deseo, incoercible en los humanos salvo que se ampare en parapetos ascéticos, como relata la historia bíblica y muy atinadamente ejemplifica la versión de Magüi Mira. La original presencia de la estrella Sirio, interpretada por Sergio Mur, añade un cierto sentido esotérico a la representación.

Francisco Javier Aguirre

 

domingo, 21 de enero de 2024

 SOFÁ Y DOS CUERPOS. Crónica Teatral

Según estadísticas oficiales, los divorcios y separaciones en España durante el último quinquenio han rondado los 100.000 casos anuales. Cuando Mariano Rochman combina dos relatos de Raymond Carver para componer la comedia dramática ‘Sofá y dos cuerpos’, que se representa este fin de semana en el Teatro de la Estación, hemos de reconocer que la temática resulta bien documentada.

Con una dramaturgia precisa y bajo su dirección, Elena Rey y Xoel Fernández, en los papeles de Bea y Diego, plantean una situación harto frecuente en los tiempos actuales. Dos desconocidos que se tropiezan en un medio de transporte camino de su trabajo, acaban entablando una relación sentimental que sigue un proceso previsible y casi preestablecido: un amago precursor del romance, un inicio fulgurante, un acomodo de funciones, una estabilización en la rutina, el acuse de la fatiga cotidiana, la disensión por pequeños desencuentros, la mutua confesión de infidelidades, el distanciamiento de intención terapéutica y la ruptura final, quizá para reiniciar el proceso con personas distintas.

La obra contiene dosis muy expresivas de la pasión, la ternura, el humor, el malestar implícito y el explícito, el distanciamiento final y el rencor residual. Por fortuna, la violencia solo se traduce en gestos y palabras, no en acciones lesivas. En cualquier caso, esta comedia dramática refleja una realidad incontrovertible: el cada vez más difícil entendimiento entre las parejas jóvenes -y no tan jóvenes-, que lastra la vida personal de mucha gente en una sociedad presuntamente desarrollada donde es escaso el cultivo de la tolerancia, la comprensión del otro, la aceptación de las diferencias y la superación de las oscilaciones  emocionales a que los humanos estamos sometidos.

La acción dramática es dinámica, con un lenguaje definido, una oportuna iluminación alternativa para personalizar el discurso de cada uno de los actores y una banda sonora rica en significados, que además cuenta con la guitarra de Diego y su voz, a la que también acaba sumándose Bea. Ágil y expresiva la actuación de Elena Rey, que lleva la batuta de la relación, en la que Xoel Fernández desarrolla un papel de contraste bien caracterizado.

Francisco Javier Aguirre

sábado, 20 de enero de 2024

 

STRIP-TEASE. Crónica Teatral

 

La compañía Morfeo Teatro ha vuelto a ofrecernos una suculenta sesión de arte dramático en el Teatro de las Esquinas (19 y 20 de enero) poniendo sobre el escenario una de las obras clave y más singulares del género surrealista, que tuvo enorme vigencia durante los años 60 y 70 del pasado siglo.

El polaco Sławomir Mrożek, fallecido en 2013 a los 83 años, fue uno de los clásicos de la época, un fuera de serie a la hora de reflejar con cruda ironía y festiva parodia el mundo que le rodeaba. Utilizó a menudo el humor surrealista y las situaciones grotescas para exponer las creencias distorsionadas de sus personajes. El mundo que le rodeaba y que sigue haciéndolo, porque ‘Strip-tease’, en versión de Francisco Negro, mantiene su rabiosa actualidad.

Bajo la dirección de Mayte Bona y Patricia Díez-Labín, el propio Negro y Felipe Santiago desarrollan la trama encerrados en un escenario semicircular que en algunos momentos añade un curioso eco a los ingeniosos diálogos que mantienen ambos personajes. Diálogos reiterativos e hilarantes, dentro de la gravedad de las cuestiones que proponen en torno a la libertad personal y al sometimiento colectivo.

Ya la ambientación sonora del arranque escénico es de una potencia sobrecogedora. Impresiona y predispone al espectador a mantenerse atento sin un segundo de distracción a los gestos, tics y movimientos que acompañan la precisión de las palabras de ambos personajes. El peculiar acento vocal de Francisco Negro es otro de los alicientes de una obra que discurre con enorme fluidez, reuniendo ironía, sarcasmo, juegos lingüísticos, reivindicaciones sociales, elementos simbólicos y contradicciones que ponen de manifiesto la situación grotesca en que se desenvuelve la actualidad, entendiendo por tal la que procede, al menos, de la segunda mitad del siglo XX.

La sesión transcurre ágilmente entre una solapada comicidad y una angustiosa mirada al mundo cotidiano, al consumismo adocenado, a la hipocresía política y a las falacias surgidas de la proliferación de alienantes redes sociales que estrangulan hoy la vida intelectual y emocional de millones de individuos.

El proceso de despojamiento físico, el  strip-tease que da título a la obra, conducido por una mano siniestra que representa a los poderes fácticos denunciados previamente por los personajes, es todo un prodigio de ejecución actoral y un magnífico símbolo de la realidad que nos circunda.

Francisco Javier Aguirre

viernes, 19 de enero de 2024

 

CAMINO AL ZOO. Crónica Teatral

Por segunda semana consecutiva, el Teatro Principal ofrece una obra dirigida por Juan Carlos Rubio. Ahora ‘Camino al zoo’, de Edward Albee, en versión del propio director y de Bernabé Rico. Un giro copernicano respecto a ‘El novio de España’, de la semana pasada. Un tránsito del costumbrismo festivo al surrealismo hiriente.

Porque tanto ‘Home life’, como ‘The zoo story’, las dos piezas concatenadas que conforman el espectáculo estrenado en Córdoba el pasado mes de diciembre, rezuman una patética sensación de inestabilidad, asumidas e interpretadas a la perfección por Mabel del Pozo, Fernando Tejero y Dani Muriel.

El primero de los sketches es relativamente reciente, de 2004, mientras que el anterior lo concibió Edward Albee hace más de sesenta años. La fusión de ambos es un acierto porque de alguna forma el segundo, más duro y complejo, ya nos muestra a uno de sus protagonistas, Peter, arrastrando un lastre de inseguridad e insatisfacción tras su tensa conversación con Ann, su esposa, en el primero.

Evitando continuar por ese camino, el hombre decide pasar el día en el parque. Mientras lee en un banco, se le acerca el excéntrico Jerry que acaba de estar en el zoo, le obliga a escuchar sus historias, incluida la pavorosa del perro de su casera, hasta sacarlo de quicio y provocar un enfrentamiento no deseado por Peter, que defiende su derecho a mantenerse en el banco que ocupa, y concluye con la muerte de Jerry, propiciada por él mismo.

 La fusión resulta convincente, tanto por su planteamiento como por su ejecución, al ir creciendo la tensión dramática que ya se percibe en el apartamento de Peter y Ann, donde el matrimonio habla o más bien ‘tiene que hablar’, y donde el hombre se anima a realizar ante su esposa la confesión de un episodio inconfesable. Por un lado, Ann representa la insatisfacción que provoca el tedio y el no poder desinhibirse para sentirse original y extraña; por otra parte, Jerry personifica la conducta salvaje y violenta como medio de supervivencia, al sentirse profundamente solo y al mismo tiempo desesperado por no querer estarlo.

En medio de ambos extremos, Peter se encuentra incapaz de encontrar su sitio, de establecer su equilibrio personal, porque se siente expulsado de ambos ambientes. Fiel reflejo de gran parte de las personas conscientes, en estos momentos confusos que afectan a la mayor parte de la población del planeta.

Francisco Javier Aguirre