HIJAS DE LA MISERICORDIA. Crónica Teatral
Las dificultades de la
vida desatan la necesidad de apoyo, y este apoyo suele ser más eficaz cuando
llega impregnado de cariño. Las cuatro mujeres que contemplan los
cuadros de Caravaggio en una iglesia de Nápoles, Angelines, Esperança,
Magdalena y María José, se conocen desde la infancia y han convertido el
afecto en el eje de su relación.
Todo ello se expresa de forma elocuente
en la obra ‘Las hijas de la Misericordia’ que el Teatro del Mercado ha ofrecido
durante cinco sesiones impactantes. La desgracia nos moviliza más que el éxito, como se está demostrando estos días con la catástrofe ocurrida
en la Comunidad Valenciana.
La trama del espectáculo recorre
territorios emocionales sobradamente conocidos, con las alternativas
cronológicas y vitales de las cuatro protagonistas, interpretadas por Ana
Berenguer, Rebeca del Fresno, Catalina Florit e Irene Soler, ingresadas en
circunstancias varias, todas lamentables, en esa institución. Como diré al
final, he seguido la actuación desde una perspectiva muy personal, que a veces
se ha impuesto al propio desarrollo de la historia.
Esta coproducción entre Iguana Teatre,
Albena Teatre, Teatro del Temple y Teatre Principal de Palma, dirigida por Pere
Fullana, nos sitúa en un pasado no tan remoto, puesto que en las capitales de provincia y en ciudades grandes, vivencias de
este tipo han sido frecuentes en los tres primeros cuartos del pasado siglo. Las
alternativas cronológicas de la acción confieren a la obra un sentido de
totalidad, porque las vivencias infantiles perduran siempre.
La dramaturgia y documentación han
corrido a cargo de Pere Fullana, con aportaciones de Carme Planells, Alfonso Plou
y Aina Salom.
Explico lo apuntado respecto a mi percepción personal de la obra: por razones familiares he viajado con frecuencia a Palma y conozco prácticamente cada rincón del edificio donde se sitúa la acción. Hace años dejó de funcionar como hospicio y el Consell lo está transformando en un centro sociocultural. Mi yerno codirige las obras y nos ha mostrado en sucesivas visitas esos recintos.
Francisco Javier Aguirre
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