MALINCHE. Crónica dramático musical
Es conocido el proceso mediático y judicial que viene acompañando a la producción ‘Malinche Symphonic’, que se presentó en el Teatro Principal de Zaragoza el martes, día 28. Tras dos largos años de éxito en Madrid y en otras ciudades españolas, esta producción de Tempo Rubato, con idea y música de Nacho Cano, sujeto de las controversias señaladas, intenta ser una historia edulcorada de lo que en realidad fue un proceso presidido por el conflicto y la tragedia.
Al margen del argumentario en pro y en contra de las cuestiones laborales y administrativas que arrastra la producción, el espectáculo ofrece dos puntos de consideración importantes: la transcripción histórica de un acontecimiento vital para España y México, y la versión musical utilizada para encumbrarlo. Hay que advertir que no es el ‘musical’ de origen, sino una versión estática del mismo, apoyada en su composición melódica.
El escenario del Teatro Principal, ocupado por la Orquesta Sinfónica Carlos Cruz-Díez, bajo la dirección de Manuel Jurado, ofrecía un fondo difuso donde residían las voces que a su debido tiempo ocupaban el proscenio para interpretar las composiciones del conocido y controvertido músico, sirviendo al mismo tiempo de pantalla para la proyección de la versión literaria de los hechos, un tanto anodina y acomodaticia a lo largo de su desarrollo.
Los elementos trágicos del proceso histórico quedan de este modo como difuminados por la escenografía diseñada por Jerry Zamora, orientando la atención de gran parte del público hacia la sonoridad musical, de calidad notable, más que hacia el trasfondo dramático de la historia que se cuenta de forma sucinta y edulcorada, como se ha dicho.
Sin negar la valía artística del montaje, hay que reconocer que una puesta en escena distinta hubiera ofrecido una versión más ajustada a la realidad. No obstante, el espectáculo está destinado a triunfar, no solo por sus condiciones creativas sino también por la polémica que ha generado desde su estreno madrileño en septiembre de 2022.
Francisco Javier Aguirre
No hay comentarios:
Publicar un comentario