viernes, 27 de octubre de 2023

PONCIA. Crónica Teatral

 

PONCIA.  Crónica Teatral

La popularidad de Lolita Flores le viene dada de estirpe y ella la ha ido consolidando por méritos propios. Durante cuatro días, del 26 al  29  de octubre, está representando en el Teatro Principal de Zaragoza la obra ‘Poncia’, original de Luis Luque y dirigida por él, mismo a partir de ‘La casa de Bernarda Alba’, de García Lorca.

El soliloquio se sitúa tras la muerte de Adela, la más joven de las hijas de Bernarda, que se ha suicidado por un amor imposible. Poncia, la criada que en la obra original desempeña un papel secundario, adquiere aquí el protagonismo absoluto puesto que se dedica a dialogar con todos los personajes de la obra descargando su insatisfacción, a veces su saña y una continua sarta de reproches, añadiendo después al soliloquio episodios de su propia vida.

La idea pertenece a la serie de obras de reconvención a posteriori, cuya cumbre pudiéramos situar en la versión dramática de la novela ‘Cinco horas con Mario’, de Miguel Delibes. Allí, Menchu, la viuda de Mario, abarca la amplia dimensión temática del difunto, pero no alcanza el carácter fantástico y de suposiciones  en el ámbito familiar que tiene el texto de Luque. Este se desarrolla a impulsos, en un cierto desorden que conduce a la dispersión y a una serie de alternativas fluctuantes que hacen oscilar la trama. 

La interpretación es consistente pero irregular, por cuanto, al menos en el estreno zaragozano, los primeros minutos adolecieron de sonoridad suficiente, entre la posición de la actriz alejada del proscenio y las toses impertinentes de parte del público. Mejoró la audición superado ese inicio, y fue consolidándose la interpretación de la actriz a pesar de las fluctuaciones señaladas en la trama.

Una escenografía vaporosa y efectista, diseñada por Mónica Boromello, con la iluminación de Paco Ariza y la ilustración musical de Luis Miguel Cobo consolidaron un espectáculo que despertó en parte del público aplausos intermedios, con una previsible y generalizada ovación final.

Francisco Javier Aguirre

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