MUJERCITAS. Crónica Teatral
Las historias basadas en un hecho real son tan antiguas como
la humanidad. En los tiempos modernos se anuncia esta circunstancia como
garantía de verosimilitud de lo que va a contarse. Son las llamadas ‘realidades’,
aunque el término más frecuente y usado esté en inglés.
Louisa May Alcott decidió en 1868 reunir en un libro las historias de su propia familia, en Concord (Massachusetts), y de ahí nació ‘Mujercitas’. Meg, Jo, Bett y Amy son las cuatro hermanas de la familia March sobre las que gravita la historia. La autora se volcó en la auto ficción convirtiéndose en personaje ella misma.
De este modo, en la adaptación realizada por Blanca Resano
para que la obra sirva como ejercicio de final de curso para los alumnos
de tercero en la Escuela Municipal de Teatro, son dos las actrices que asumen
el papel, una actuando y la otra narrando. Esa duplicidad permite reforzar el
mensaje de feminismo incipiente que transmite la novela, ampliamente difundida como
libro, y vertida tanto al cine como al teatro en numerosas ocasiones.
Las ocho actrices y los tres actores dirigidos por Blanca
Resano, responsable también del espacio sonoro, interpretan con notable
equilibrio los diferentes episodios de la obra, algunos de los cuales se
desarrollan fuera del enclave original de Nueva Inglaterra. Llama la atención la
escena del paseo en coche de caballos por París, con un ritmo marcado
gráficamente por los movimientos de espaldas del cochero en el pescante, al compás
de los trotones.
Los mensajes son claros y encajan como advertencia en medio
de la compleja situación actual. Hay que promocionar la sencillez, la
solidaridad, los valores familiares, la presencia de la mujer en la vida
pública... detestando al mismo tiempo las situaciones bélicas cuyos rumores
alteran hoy día nuestra paz interior y nuestra convivencia.
Francisco Javier
Aguirre
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