miércoles, 18 de enero de 2023

RIJS–MENNSENS. Reflexión literaria sobre la novela de PABLO BARRENA

 

RIJS–MENNSENS

Reflexión literaria sobre la novela de PABLO BARRENA

El ser humano es animal de costumbres. Acepta lo anterior y se resiste a lo nuevo. Puede analizarse cualquiera de los intereses que nos motivan y encontraremos lo mismo. Hace seis décadas, cuando yo estudiaba el curso preuniversitario, era un enorme devoto de Schubert, Beethoven y Chopin, entre otros genios de la música. Alguien me invitó a conocer a Béla Bartok y me empeñé en ello, pero me costó horrores integrar los entresijos de su obra. 

Pasando al campo de la literatura, en el que me quiero centrar, quiero citar a Miguel Espinosa, un autor nacido en 1926 y fallecido en 1982. Según el profesor Tierno Galván, es uno de los mejores escritores españoles del siglo XX. Gran parte de sus obras se publicaron tras su muerte. No creo que tenga muchos devotos. Yo soy uno de ellos y conozco a otro, precisamente quien me animó a leerlo, un compañero de carrera en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense. Miguel Espinosa, un hombre que despreció a quienes habitan la actualidad, según palabras textuales de Almudena Grandes en el diario ‘El Mundo’, el domingo 26 de mayo de 1991.

Innovar en literatura es muy difícil. Hay grandes maestros en el pasado que proyectan su sombra permanente en el presente. Resulta complicado salirse del paraguas, tanto en la poesía como en la narrativa. Quienes tratan de innovar en la estructura, trama, personajes y demás elementos de una novela lo tienen difícil a la hora de publicarla. Los editores no arriesgan, y tienen derecho a ello, porque saben que el público lector es reacio a las innovaciones. Lo nuevo desbarata la estructura conceptual y emocional con la que abordamos una novela.

Todo esto viene a cuento de la última producción de Pablo Barrena, un madrileño que está involucrado desde siempre en los ambientes literarios y que acaba de publicar RIJS-MENNSENS, una narración compleja que se enmarca en un futuro impreciso que puede estar a la vuelta de la esquina o tardar siglos en aparecer. No es cómodo asimilar tal alternativa, pero sumergirse en la lectura de esta historia proporciona una gran movilización de sensaciones, conceptos y emociones difíciles de encontrar en la mayor parte de los libros de éxito que tanto se cotizan entre los lectores convencionales, libros que promocionan sus editores y que copan los estantes de las librerías.

No es posible predecir si Pablo Barrena será considerado un genio que escribió a comienzos del siglo XXI varias obras de anticipación o pasará de largo, como ha ocurrido con tantos innovadores, y vuelvo al caso de Miguel Espinosa, quien apenas despertaría interés entre los lectores del momento, aunque sí en quienes analizan la historia de la narrativa del siglo XX en España.

Pablo Barrena circula por senderos difícilmente transitables para una mente lectora acostumbrada a la fácil costumbre, valga la redundancia. Existe la novela futurista, la distopía literaria, pero también esta parece transitar por senderos previamente delimitados por el mercado editorial. Salirse de ellos no resulta positivo comercialmente, aunque su lectura proporcione unas perspectivas distintas que dinamitan los horizontes de la realidad que complace tanto a unos como disgusta a otros.

La trama del libro nos presenta a Juan, un humano procedente de una entidad cósmica, y a Teda, un ser también humano, pero evolucionado a partir de un animal invertebrado, que habitan en un planeta árido y en constante penumbra. Tratan de conseguir la paz entre los Rijs, una tribu de cazadores, y los Mennsens, de vida sedentaria, que se enfrentan utilizando armamento procedente de traficantes terrestres que son capaces de navegar por mundos alternativos. Utilizando como plataforma una torre en cuyo interior se generan fuerzas gravitatorias, se trasladan a un posible tiempo futuro del planeta, poblado por gentes avanzadas tecnológicamente y con un notable bienestar social. Pero de improviso son invadidos por un ejército espacial que, a pesar de su capacidad destructiva, no produce daños importantes ni bajas entre las personas.

La localización de los hechos es múltiple, utilizando a veces una referencia concreta, como el puerto de Avilés, y otras unas ciudades simbólicas, como las denominadas Afuera y Adentro. A medida que avanza la acción, aparecen nuevos personajes que consideran a los iniciales, lo mismo que a las tribus nombradas, como seres básicos, elementales, ancestros de una estirpe ultra desarrollada de la que forman parte Juana, Laura, Moi, Lote, Voz, Lua y Leo, algunos de los cuales tienen su origen en la antimateria viva o proceden de burbujas vibratorias.

Lo que pudiera considerarse una aventura espacial más, entre los miles de historias distópicas existentes, desborda los cauces por los que transitan la mayor parte de ellas, similares a los juegos informáticos de ciencia-ficción. La diferencia está en el tono, la dinámica narrativa, la descripción de los protagonistas y el lenguaje que utiliza el autor, claramente distinto en estructura, sintaxis, imágenes, signos, claves y simbologías. Saber jugar con el crono, el logos, el pathos y el ethos no está al alcance de cualquiera.

                                               Francisco Javier Aguirre

 

        

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