jueves, 9 de febrero de 2023

AUTÉNTICOS. Crónica Teatral

 

AUTÉNTICOS.  Crónica  Teatral


Ha sido una extraordinaria sorpresa al espectáculo que se ha presentado el Teatro de Las Esquinas el pasado miércoles, día 8 de febrero, dentro de su ciclo ‘Teatro Rebelde’. Una apuesta que va ganando adeptos día a día, siendo un síntoma a favor de la sensibilidad del público zaragozano aficionado al teatro.

‘Auténticos’, la obra creada por la compañía segoviana Paladio Arte, que celebra este año su 25 aniversario, desborda los cánones ordinarios en el teatro, por muy vanguardista que pretenda ser una propuesta. Paladio Arte es una entidad sin ánimo de lucro que lucha por la integración social y laboral de personas con diversidad o discapacidad funcional, a través de las artes escénicas.

En ‘Auténticos’, los actores que pertenecen a ese colectivo representan conceptos definidos como la armonía, la sombra, la denuncia, el cuidado, el contraste y el abrazo. Gran parte de su actuación es gestual, pero no por ello menos comunicativa. Cada movimiento, cada encuentro, cada interacción entre ellos tiene un significado profundo. Al mismo tiempo se apoyan en breves textos literarios de Benedetti, Calderón, Alfonsina Storni, García Lorca, Machado, Shakespeare, Gabriel Celaya e incluso de uno de los actores, Rubén Pascual.

Bajo la dirección de Pablo Tercero y Marta Cantero, el primero de ellos sobre el escenario permanentemente, la obra se desarrolla entre claroscuros y luminosidades que parten de los propios intérpretes, unos personajes que superan su propia imagen para hacerla trascendente, para revelarnos las posibilidades profundas del arte combinando la ternura con la espontaneidad, hermanando el juego y la diversión con la hondura esencial del ser humano.

‘Auténticos’ es un magnífico título porque refleja la intención de unos autores que abogan por la reflexión serena, la introspección, la calma, la serenidad… frente a la vida contemporánea que agita no solo nuestros cuerpos sino también nuestros espíritus, claramente dañados individual y colectivamente si echamos un vistazo a nuestro alrededor.

Una escenografía que parte del aislamiento rígido y se va transformando en un proceso comunicativo, a la que se añade un sugerente diseño de la iluminación y un acompañamiento musical adaptado a cada momento de la obra, la convierten en una apuesta por el teatro de fondo que no precisa de grandes medios ni de solemnes palabras para llegar a conmover la mente y la sensibilidad de los espectadores.

                                                            Francisco Javier Aguirre

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