domingo, 26 de febrero de 2023

CHIQUILLADAS. Crónica Teatral

 

CHIQUILLADAS. Crónica Teatral

 Mente limitada versus corazón infinito pudiera ser el resumen de ‘Chiquilladas’, la obra que presentó el sábado 25 de febrero, en el Teatro de Las Esquinas, Rafael Campos, dirigiendo su propia versión un texto original de Raimond Cousse.

 Dos niños de otro tiempo, Marcelí y Gaspar, interpretados de manera impecable por Pilar Aguilera y Raquel Rodrigo, están abriendo sus ojos a la vida tratando de entender el mundo de los adultos. La acción comienza con una búsqueda del significado de la muerte, cuyo ritual y parafernalia no acaban de encajar. Y también de la misma manera finaliza la obra, aunque en este caso de una forma real con la muerte casi repentina de Marcelí.

 El trayecto común de los dos protagonistas pasa por la calle, la vida familiar, la escuela, la iglesia, los juegos compartidos, la exploración  y las conversaciones tratando de explicarse el comportamiento de sus familias y de las gentes del pueblo.

 El ambiente en el que se desarrolla la trama nos retrotrae a épocas pretéritas, quizás a la distancia de un siglo, lo cual permite al espectador situarse en los parámetros fundamentales de la existencia al margen de los avances tecnológicos. El mundo de Marcelí y Gaspar está recién creado, y así ven ellos a los restantes elementos de su entorno, personas y animales.

 ‘Chiquilladas’ constituye todo un viaje emocional al universo de la inocencia directa, divertida y cómplice en que se desenvuelven los protagonistas. Más allá de las apariencias, esta breve comedia de la compañía AC Teatro nos induce a la reflexión sobre la esencia de la vida y el valor de la amistad sincera. Hay también algunas alusiones ideológicas, como cuando al abuelo del niño se niega a echar sobre la tumba los habituales puños de tierra, porque es ‘libertario’.

Una escenografía compuesta de piezas geométricas permite la creación de espacios lineales limpios y definidos. Y una banda sonora muy bien estudiada, y mejor aplicada, contribuye a elevar la tensión emocional del espectáculo.

 

 Francisco Javier Aguirre

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