sábado, 4 de marzo de 2023

CELEBRARÉ MI MUERTE. Crónica Teatral

 

CELEBRARÉ MI MUERTE.  Crónica Teatral


La obra que ofreció el Teatro de Las Esquinas el viernes, día 3, no pertenece al género habitual de teatro-espectáculo, sino a lo que podríamos denominar ‘exposición documental de un conflicto’.

No es frecuente que el protagonista de un hecho dramático se preste a interpretarlo al cabo del tiempo. Se necesita una notable dosis de valor para enfrentarse a la memoria autobiográfica y someterse al juicio de los espectadores, tras haber sido condenado por un jurado profesional.

Marcos Hourmann es el intérprete de su propio calvario, iniciado hace dieciocho años cuando, en el ejercicio de su profesión médica, practicó la eutanasia a una mujer agonizante, cumpliendo la voluntad de la paciente y con la autorización de la familia. Fue denunciado por el propio hospital donde trabajaba, porque entonces no existía una Ley que respaldara su actuación.

La propuesta escénica procede de una idea surgida tras un programa televisivo dedicado a la eutanasia, hace siete años, en el que fue entrevistado sobre su proceder, que entonces estaba fuera de la ley. Los dramaturgos Alberto San Juan y Víctor Morilla estimaron que había allí una propuesta escénica y compusieron una obra que, como se ha dicho, escapa a cualquier esquema de los habituales.

El montaje incluye abundante material videográfico, y desde el punto de vista escénico consiste simplemente en una silla y en el juego de luces, además de un oportuno  fondo sonoro, pero hay algo inesperado: seis personas anónimas, situadas a ambos lados del escenario, van a actuar como jueces de la narración de aquel episodio y de sus consecuencias. Han de emitir un veredicto independiente y secreto, manifestando su criterio sobre la culpabilidad del reo.

Son veredictos que Marcos Hourmann ha ido acumulando durante los cuatro años en que se ha expuesto a la opinión de ese jurado popular, para intentar aclarar y concienciar sobre este problema que, finalmente, la justicia oficial parece haber tenido en cuenta. Se trata de la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia, en vigor desde el 25 de junio de 2021. 

Prácticamente todo el público asistente a la función participó al final en un coloquio denso y razonado sobre la actuación de un profesional de la medicina, ocasionalmente convertido en protagonista de la escena. 

Francisco Javier Aguirre

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