domingo, 5 de marzo de 2023

TURANDOT. Crónica Teatral

 

TURANDOT.  Crónica Teatral

El sábado, día 4, se estrenó en el Teatro Principal de Zaragoza ‘Turandot’, última ópera de Giacomo Puccini, que ni siquiera pudo verla terminada y representada. Uno de los argumentos irrebatibles para defender el interés del público por este título, es que las tres sesiones programadas tenían completo el aforo desde hace varias semanas. 

Este comentario es incompleto. Va a referirse solo a los aspectos literarios y escénicos que constituyen una de las bases del espectáculo, admitiendo que el elemento fundamental de la ópera es sin duda su música. Incluso en mayor grado que el sucedáneo moderno llamado ‘musical’.

El tema daría para un largo debate, que desborda la intención de estas reflexiones. De cualquier modo, queda aparcada la valoración de la partitura del maestro italiano, reconociendo de nuevo que el componente fundamental de una ópera es su música. Ello determina que estas obras sean conocidas por el nombre del compositor, quedando en un segundo plano la autoría de los textos, cuyos autores son en general poco conocidos.

Pero hay otros elementos importantes, como el espacio en que se ofrecen. El Teatro Principal responde a los cánones de finales del siglo XVIII, cuando se construyó. En los siglos XIX y XX se han hecho reformas para mejorar su estructura y se ha adaptado a las producciones de pequeño y mediano formato. De ello fue consciente el gobierno regional cuando hace un cuarto de siglo pensó en transformar el antiguo Teatro Fleta en un espacio para la ópera moderna, con mayores exigencias volumétricas. Fue un fracaso rotundo. Hoy por hoy, son el Teatro Principal, y en algunas ocasiones el Auditorio, medianamente acondicionado para óperas semi-representadas, los espacios con que contamos en la ciudad para satisfacer a una afición bien consolidada, como se ha comentado.

Limitándonos al aspecto formal de ‘Turandot’, hay que señalar que la compañía Ópera 2001, que ya anuncia su próximo espectáculo para el otoño, realiza una construcción sólida de la obra y saca partido del escenario disponible, distribuyendo del mejor modo posible a las tres docenas de actores-cantantes que participan en la representación.

Desde el punto de vista literario, la trama responde a la llamada ópera ‘verista’, que utiliza argumentos impactantes de la vida real o que proceden de fuentes legendarias, y se sigue con facilidad, aunque los espectadores han de asumir las reiteraciones y la expresión verbal a que obliga el juego de voces –arias, dúos, coros…– que impone el desarrollo musical. La traducción sobretitulada fue correcta.

Tanto la escenografía como el vestuario de esta versión de ‘Turandot’, dirigida por Aquiles Machado, respondieron a los criterios de profesionalidad exigibles. 

                                  Francisco Javier Aguirre

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