viernes, 24 de marzo de 2023

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA. Crónica Teatral

 

MALOS TIEMPOS PARA LA LÍRICA. Crónica Teatral

Original espectáculo el programado esta semana en el Teatro Principal de Zaragoza. La habilidad de Albert Boadella y Martina Cabanas ha consistido en plantear una confrontación entre generaciones, a través de la música popular, en ‘Malos tiempos para la lírica’. Hace un siglo, el paradigma de esta música se centraba en la zarzuela, que sigue hoy vigente, pero destinada, según los autores de la comedia, a personas de la tercera edad, lo cual no es exactamente cierto. Hay gente joven, gustosa y entendida en el género.

Pero mayoritariamente, las nuevas generaciones han variado el rumbo de la música popular desde hace algo más de medio siglo (sin duda los Beatles y los Rolling Stones marcaron un giro determinante), y han hecho que predominen los conciertos multitudinarios sometidos a la tecnología electrónica: buena parte de los cantantes famosos hoy día, serían nadie o poca cosa sin un micrófono en la boca.

La pieza escrita al alimón por Boadella y Cabanas, que también codirigen la representación, plantean el reencuentro y la nueva confrontación entre el anciano maestro Don Julián (Antonio Comas) y su joven discípula Susana Rey (María Rey-Joly), que ha cambiado de bando modificando su nombre en Susan King y dedicándose a los multitudinarios conciertos pop.

Habiendo perdido el espacio y casi la voz, retorna la discípula a su viejo maestro, recluido en un hogar de artistas, donde vuelve a establecerse el contacto tras una serie de rifirrafes, en los que el anciano detesta drásticamente las nuevas formas musicales considerándolas un 'clamor de primates'.

El juego escénico está servido. Tras un inicio titubeante, la controversia va creciendo hasta alcanzar el cenit al final de la obra, en la que se advierte un predominio de la zarzuela tradicional sobre las variantes espurias de la modernidad.

Dejando de lado la calidad interpretativa de los dos actores en lo musical, hay que aplaudir su desenvoltura escénica, aunque un tanto reiterativa. La ambientación oscila entre el simbolismo y la realidad, dando paso a un elemento de plena actualidad tecnológica, como es la asistente virtual del anciano tenor, Pili, que gobierna su vida sustituyendo a la tradicional enfermera.

El tránsito y la confrontación en muchos sentidos entre dos generaciones va más allá de los gustos musicales y está sugerido a lo largo de toda la trama, que no en vano ha sido compuesta por dos dramaturgos, Boadella y Cabanas, el primero de los cuales dobla en edad a la segunda.

 

                                                                  Francisco Javier Aguirre

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