domingo, 21 de enero de 2024

 SOFÁ Y DOS CUERPOS. Crónica Teatral

Según estadísticas oficiales, los divorcios y separaciones en España durante el último quinquenio han rondado los 100.000 casos anuales. Cuando Mariano Rochman combina dos relatos de Raymond Carver para componer la comedia dramática ‘Sofá y dos cuerpos’, que se representa este fin de semana en el Teatro de la Estación, hemos de reconocer que la temática resulta bien documentada.

Con una dramaturgia precisa y bajo su dirección, Elena Rey y Xoel Fernández, en los papeles de Bea y Diego, plantean una situación harto frecuente en los tiempos actuales. Dos desconocidos que se tropiezan en un medio de transporte camino de su trabajo, acaban entablando una relación sentimental que sigue un proceso previsible y casi preestablecido: un amago precursor del romance, un inicio fulgurante, un acomodo de funciones, una estabilización en la rutina, el acuse de la fatiga cotidiana, la disensión por pequeños desencuentros, la mutua confesión de infidelidades, el distanciamiento de intención terapéutica y la ruptura final, quizá para reiniciar el proceso con personas distintas.

La obra contiene dosis muy expresivas de la pasión, la ternura, el humor, el malestar implícito y el explícito, el distanciamiento final y el rencor residual. Por fortuna, la violencia solo se traduce en gestos y palabras, no en acciones lesivas. En cualquier caso, esta comedia dramática refleja una realidad incontrovertible: el cada vez más difícil entendimiento entre las parejas jóvenes -y no tan jóvenes-, que lastra la vida personal de mucha gente en una sociedad presuntamente desarrollada donde es escaso el cultivo de la tolerancia, la comprensión del otro, la aceptación de las diferencias y la superación de las oscilaciones  emocionales a que los humanos estamos sometidos.

La acción dramática es dinámica, con un lenguaje definido, una oportuna iluminación alternativa para personalizar el discurso de cada uno de los actores y una banda sonora rica en significados, que además cuenta con la guitarra de Diego y su voz, a la que también acaba sumándose Bea. Ágil y expresiva la actuación de Elena Rey, que lleva la batuta de la relación, en la que Xoel Fernández desarrolla un papel de contraste bien caracterizado.

Francisco Javier Aguirre

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