jueves, 20 de febrero de 2025

POR VOLUNTAD PROPIA. Crónica Teatral

 

POR VOLUNTAD PROPIA. Crónica Teatral

Impresionante el inicio de la obra ‘Por voluntad propia’, de la compañía abulense Perigallo Teatro, con la canción ‘A mezza voce’ del inolvidable Claudio Villa, que también cerró la obra en medio de grandes aplausos. Las bandas sonoras de las obras escénicas, sea en el cine o en el teatro, tienen su intención, no son simples ornamentaciones sin vínculo con las tramas.  

No habían pasado ni dos minutos desde que comenzó la actuación de Javier Manzanera y Celia Nadal en el escenario del Teatro de las Esquinas, cuando renació espontáneamente el espectro de Samuel Becket entre bambalinas. Era como si los intérpretes de la obra que la Compañía aportaba al 7º Ciclo de 'Teatro Rebelde', resultaran alumnos aventajados del singular dramaturgo y novelista que obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1969. A lo largo de la trama original de los propios intérpretes, se menciona la obra capital del autor británico, 'Esperando a Godot', e incluso se cita el título de una de sus novelas fundamentales, 'El Innombrable', que encaja dentro de la escenificación. 

‘Por voluntad propia’ no es sin embargo un plagio, ni siquiera un remedo de lo conseguido por Becket, sino que se trata de un paso al frente en el camino que él diseñó. En un alarde de capacidades expresivas y dinámicas por parte de los intérpretes, en particular del masculino por su extenuante gestualidad, se consigue traspasar el sentido inmediato de las cosas para abrir la puerta a los nuevos horizontes que ya vislumbraron hace un siglo los creadores de la filosofía del absurdo. 

El argumento de ‘Por voluntad propia’, bajo la dirección de Luis Felpeto, no requiere por tanto una trayectoria racional, sino que intenta romper la cotidianidad insulsa en la que desarrolla su vida la mayor parte de la gente. Hay que dejar de ser lo escrito, lo programado por otros, lo diseñado por las estructuras sociales y políticas para someter  a los individuos, y rebelarse hasta conseguir la autenticidad, no en un sentido moral sino intelectual. 

El diseño del vestuario y el trasfondo musical aportado por Daniel García Centeno (música italiana, jota murciana, sones andinos, Chopin) dan a esta comedia dramática un sentido de universalidad más allá de lo simplemente anecdótico.

Francisco Javier Aguirre

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